domingo, 30 de octubre de 2016

HALLOWEEN Y LA CALABAZA



En otros años, al hablar de la celebración de Halloween, me he referido a sus orígenes celtas, pues esa fecha estaba dedicada, según la tradición y los historiadores, a celebrar el final del verano y la cosecha. Por su parte, la noche de Samhain (que era como se le llamaba a ese 31 de octubre), los espíritus de los muertos vagaban por la tierra y los vivos, por temor, apagaban las luces y cerraban sus casas, usando ropas oscuras que los hicieran pasar inadvertidos, para evitar que los muertos se los llevaran al Más allá.
Aunque veo una contradicción entre estos dos hechos, cuyas naturalezas no concuerdan del todo, demos por sentado que les rendían culto a sus deidades de la muerte y de la abundancia en ese día (Morrigan y Dagda). Que por el día celebraban la cosecha y la abundancia y, por la noche, se encerraban por miedo a los espíritus. Algo de ese temor es el que insufla la actual celebración, orientada a los disfraces de brujas, seres maléficos y extraños.
La tradición, llevada primeramente a Estados Unidos por los emigrantes irlandeses, con muchas otras de sus tradiciones de origen celta, durante la masiva emigración por la fatal hambruna que padeció ese pueblo con motivo de la plaga del cultivo de la papa entre los años 1845 y 1849, fue transformándose hasta la fiesta que se conoce hoy día.
De los símbolos asociados a la celebración, sin dudas el más identificativo es el de la calabaza gigante que se asemeja a una cara, con ojos y boca, por donde se ve la luz que brilla dentro de ella.
Indagando por su origen y significado, he consultado varias fuentes. Casi todas coinciden en afirmar que el origen tiene que ver con la leyenda de Jack, parte del folclor irlandés, según la cual existió un personaje de tal nombre; algunos dicen que un granjero astuto, otros que un famoso bebedor y jugador a quien el diablo consiguió comprar su alma, pero el listo de Jack consiguió hacer subir al diablo a un manzano para alcanzarle una fruta como último deseo, dibujó una cruz en el tronco y Satanás pudo bajar solo prometiendo que lo dejaría en paz. Como no podía ir al cielo por sus pecados, ni al infierno (pues el diablo lo había liberado), su alma vagaría eternamente por el mundo. El diablo le dio una brasa encendida para que no anduviera a oscuras, la cual Jack colocó dentro de un nabo ahuecado, que se convirtió en un farol.
Al traer la tradición a Norteamérica, siendo más común en esta época del año la calabaza que el nabo, el farol cambió. Entonces, se ahuecan y tallan calabazas en vez de nabos, y dentro se colocan velas o luces para mantenerlas encendidas. Entonces se le llama jack-o’-lantern (linterna de Jack en inglés) y existen tradiciones parecidas en otros países de Europa, con la remolacha, el nabo, etc.
Algunos historiadores no consideran que específicamente este símbolo haya existido en las celebraciones originales, lo que es lógico suponer, porque los vivos no deseaban atraer la atención de los muertos, sino todo lo contrario.
Por toda la imaginería popular que ha despertado durante los dos últimos siglos, habiéndose comenzado a celebrar en los Estados Unidos desde la década del 40 del siglo XIX (aunque masivamente solo ha sido desde 1921) y extendiéndose a otros países de América y Europa, se ha convertido en una tradición que convoca a la fantasía y, por tanto, es bien recibida para romper la inercia de los días iguales.

Cuando veo esa calabaza gigante, con aspecto terrorífico, me recuerda una frase popular en Cuba, presente incluso en rondas infantiles: Calabaza, calabaza: cada uno pa´su casa.

jueves, 20 de octubre de 2016

DÍA DE LA CULTURA CUBANA: UNA CANCIÓN PUEDE SER UN PAÍS

Concierto de Buena Fe en Hard Rock Cafe, Santo Domingo, 19 de octubre 2016

Cuando la tierra gira y amanece este día que se cuenta como 20 de octubre, es el Día de la Cultura Cubana y me viene a la mente, como una suave e inefable música el verso del Maestro: se enciende, como a fiesta, el aire claro, porque todo cobra un color diferente y el aroma de las mariposas inunda el aire que me envuelve y en el universo todo vibra para celebrar, en mágica y gigante celebración, esta fecha.
Podrán existir dulces nostalgias, pero sin dudas la nostalgia por la patria es una de esas que jamás nos abandonan cuando estamos fuera de ella, aunque no esté tan lejos, aunque, como dicen en nuestros campos, “esté al cantío de un gallo”. Ay, pero si en esta fecha, o en vísperas, rayando las 12 de la noche hemos estado escuchando a dos excelentes cantantes que nos traen las palabras y la voz de la tierra cubana hasta nosotros, pues la isla canta y danza en cada acorde o nota que escuchamos.
Porque este concierto de Buena Fe la noche del 19 de octubre es algo más que un concierto: ha sido una cita íntima y plural con la verde isla que nos acompaña. A ratos, jocosa, risueña, dolorosa o tierna, pero siempre nuestra y universal, raíz y esencia.
Y es que entonces otros piensan que nos creemos mejores o que alardeamos de lo nuestro y creemos que el paraíso existe aquí, en este planeta azul, tiene un nombre y se localiza en el Caribe, a la entrada del Golfo de México. No es eso, es que desde que el Padre Varela nos enseñó a pensar, desde que la nacionalidad cubana se fraguó con la sangre y el sudor esclavo de negros y chinos, con el salero español que trajo su aire morisco a despertar al criollo y hacer crecer, en la fusión de razas y costumbres un país recio y nuevo, tenemos un credo y una voluntad que nos define, más allá del nombre.
Y si repasamos la historia, si rememoramos ese 10 de octubre que hizo posible que el 20 se cantara el himno signo de cubanía y valor, inflamando el corazón de los patriotas, nos damos cuenta de que la Patria no es un puñado de tierra, como anunciara el apóstol en su Abdala. La Patria vive en cada uno de sus hijos, en cada verso, en un pregón, en el viento que agita las palmeras, en la mano solidaria que sostiene al que vacila y la que seca la lágrima después de un huracán arrasador… la Patria es una voz y todas las voces; una sonrisa, la mirada inocente de un niño, la caricia suave de las olas en la playa, el humor y la risa, la calle por donde caminamos saludando a esos rostros de toda la vida, el dolor que nos hermana en la distancia…
Por eso es, Buena Fe, que la Patria vino en sus voces, la teníamos acá en el corazón, la compartimos durante esas horas en una cita de sueños que cantamos en voz alta para atraerlos a la vida.
Gracias por ser parte de esta cultura que es la de todos. Por sus letras, por compartir su talento y su sencillez de siempre. Como tanto decimos, pero es importante: por ser y por estar.
Por decir de una manera hermosa lo que pensamos todos:

De tu raíz a tu país
una canción te lleva
de regreso a donde un beso
simple y cierto te espera.

domingo, 16 de octubre de 2016

BOB DYLAN O EL DÍA QUE LA ACADEMIA SUECA DECIDIÓ BAILARSE LA LITERATURA



Para nadie es un secreto que cada pueblo (véase que digo pueblo y no país) tiene sus dicharachos, sus frases propias, palabras con significados peculiares y, en el caso de las naciones de habla hispana, de cuando en cuando la Real Academia de la Lengua, esa que fija, brilla y da esplendor, las santifica e incluye en su diccionario con un adjetivo alusivo al lugar donde se usa. Así podemos ver que en la prestigiosa obra mencionada aparece la definición de las que se incorporan en Cuba, y transcribo literalmente su primera acepción, ya que es palabra polisémica, con otros dos significados: «cubanismo 1. m. Palabra o uso propios del español hablado en Cuba».
Creo que los cubanos (y cualquiera que haya vivido en Cuba o nos conozca lo suficiente, sabe que además del registro formal y el coloquial, existen en el habla diaria del cubano común una cantidad de palabras, interjecciones, frases, que solo nosotros y Dios conocemos qué quieren decir, pues en nada se parece al significado original del término. De ello dan cuenta los textos que navegan por el mar infinito de Internet aclarando para qué usamos uno u otro vocablo, en qué situaciones, para nombrar qué objetos, definir un estado de ánimo, etc.
Ese es el caso del verbo bailar. ¡Y mira que a todos nos gusta bailar! Y los que podemos ser «patones» en Cuba, nos damos cuenta en el extranjero que no, que eso de no saber es un espejismo de nuestra amada isla, que se mueve al compás de los tambores, el son, la salsa y el chachachá, regalándonos un ritmo que llevamos en la sangre.
Pues para nadie es un secreto que en Cuba, no sé por qué extraña razón, también se usa este verbo como sinónimo de eliminar, emparentándolo con el famoso echar, en cuyo caso le encuentro más lógica por desechar, echar en algún lugar y cito entonces las cinco primeras acepciones que aparecen de echar en el diccionario de la lengua, el cual a veces es transitivo y otras, intransitivo.
echar
 Del lat. iactāre.
1. tr. Hacer que algo vaya a parar a alguna parte, dándole impulso. Echar mercancías al mar. Echar basura la calle.
2. tr. Despedir de sí algo. Echar olor, sangre, chispas.
3. tr. Hacer que algo caiga en sitio determinado. Echar dinero en un saco. Echar una carta al buzón.
4. .tr. Hacer salir a alguien de algún lugar, apartarle con violencia, por desprecio, castigo, etc.
5.tr. Deponer a alguien de su empleo o dignidad, impidiéndole el ejercicio de ellos.

O sea, que todos entendemos cuando alguien nos dice: «¿Viste lo que le pasó a fulano? ¡Se lo echaron!» y ahí vienen las expresiones de lamento o alegría, según nos caiga la noticia. Que, por supuesto se conjuga en todos los tiempos y modos verbales. Debo aclarar que este giro del idioma pertenece a la jerga más popular y no pertenece al registro formal y me atrevería a decir que ni siquiera al coloquial.
Ahora veamos bailar. Es igual a echar, o sea, se usa más o menos igual en Cuba, aunque no se recoge igual en el diccionario de la RAE. Allí dice:
bailar
 Quizá del lat. tardío ballāre, y este quizá del gr. πάλλειν pállein 'agitar', 'bailar'.
Conjug. modelo.
1. intr. Ejecutar movimientos acompasados con el cuerpo, brazos y pies. U. t. c. tr. Bailar una polca.
2. intr. Dicho de una cosa: Moverse sin salir de un espacio determinado. Le baila un diente. El vaso baila en la vitrina.

Y son muchas las acepciones, así que me detengo en dos cubanismos aceptados:
10. Cuba. robar (tomar para sí o hurtar).
11. coloq. Cuba. Dicho de una persona: Tener relación sexual con otra.
Pero falta la que establece una sinonimia natural entre bailar y echar, como cuando decimos, utilizamos el ejemplo anterior: «¿Viste lo que le pasó a fulano? ¡Se lo bailaron!»
Y aquí llegamos a la Academia Sueca y al Premio Nobel de Literatura otorgado en el 2016 y que ha hecho historia, porque en buen cubano la susodicha academia se bailó la Literatura y, que conste, se la bailó en inglés y al ritmo de Bob Dylan. Tendríamos que averiguar con cuál de sus temas y géneros decidió la augusta academia bailársela, comparándolo con Homero (que Dios los perdone y los ampare de que se los baile a ellos el ángel terrible por el sacrilegio).
¿Cuál fue la verdadera razón detrás de todos los argumentos? Digámoslo con palabras del laureado, tomadas de una de sus más antiguas y famosas canciones, la cual, por demás, me encanta, porque lo considero genial (Blowing in the wind): The answer, my friend, is blowing in the wind. Parafraseando a Lennon, si es que puede existir alguna razón, si es que acaso pueda no haberse detenido, en este caso, el viento.

De todas maneras, lo dicho: el 13 de octubre de 2016, pasará a la historia como el día que la Academia Sueca decidió bailarse la literatura.

lunes, 10 de octubre de 2016

DIEZ DE OCTUBRE DE 1868





Recuerdo a mi madre en este día. Cantaba, (aún la canta cuando se la recordamos) con voz de falsete, una canción que decía:

Hoy diez de octubre, Cuba celebra/ fecha gloriosa de la nación, en que un cubano valiente y noble/ de Cuba libre el grito dio.
Todo por Cuba, Céspedes dijo/ todo por Cuba lo supo dar/ y en la manigua perdió la vida, por dar a Cuba su libertad.

Casi al terminar el día, aunque he pensado en Cuba y su independencia sin cesar, menciono la fecha de hoy. Carlos Manuel de Céspedes, grande entre los grandes. Un intelectual gigante y un patriota que sacrificó todo y supo ser humilde hasta el final. Cuba, cuántas páginas heroicas. Gloria al 10 de octubre, a los esclavos que se lanzaron descalzos a la manigua a luchar por la libertad, a quienes dieron su aliento para que otros respiraran el aire libre de la Patria. El soneto hermoso de Martí al 10 de octubre.


¡10 de Octubre!


No es un sueño, es verdad: grito de guerra
lanza el cubano pueblo, enfurecido;
el pueblo que tres siglos ha sufrido
cuanto de negro la opresión encierra.
Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,
ruge el cañón, y al bélico estampido,
el bárbaro opresor, estremecido,
gime, solloza, y tímido se aterra.
De su fuerza y heroica valentía
tumbas los campos son, y su grandeza
degrada y mancha horrible cobardía.
Gracias a Dios que ¡al fin con entereza
rompe Cuba el dogal que la oprimía
y altiva y libre yergue su cabeza!

(Este soneto fue publicado en el periódico “El Siboney”, que se repartió entre los estudiantes de segunda enseñanza en La Habana durante los primeros meses del año de 1869, unos meses después de que el Padre de la Patria le diera la libertad a sus esclavos y se lanzara a la lucha. Martí tenía16 años)

miércoles, 5 de octubre de 2016

SHANÁ TOVÁ





El pasado domingo 2 de octubre comenzó el nuevo año judío, del cual ya hablé en el blog el pasado año, porque resultaban nuevas para mí las tradiciones del Rosh Hashaná (literalmente cabeza del año), pero aunque una parte de la comunidad judía (según investigo) se refiere a este momento como al año nuevo en sí, hay una interpretación que lo asume e interpreta como un proceso de transformación, aclarándome conceptos muy importantes y asumiendo este momento no como un simple salto temporal sino como un hito filosófico del espíritu.
Por eso cito, esperando no ser irrespetuosa, un fragmento tomado de http://www.religionenlibertad.com

Shaná Tová uMetuká 5777

Este atardecer del 2 de octubre de 2016 empieza el primer día del año 5777 del calendario hebreo, Rosh Hashana que dura más de 48 horas, hasta el anochecer del martes 4 de octubre.
El calendario hebreo es solilunar, el cristiano es solar y el musulmán es lunar.
¿Qué es Rosh Hashaná?
La respuesta al pie de labios es que Rosh Hashaná es el “Año Nuevo judío”, una respuesta tan prosaica como carente de significado. Sintomática de la razón por la cual el 65% de los judíos encuentra que no tiene sentido celebrar Rosh Hashaná asistiendo a una sinagoga.
 En casi todas las culturas humanas conocidas existe un concepto de períodos temporales consistentes en un principio y fin. El judaísmo, tal como lo expresa en su liturgia, entiende que la creación es un suceso diario. Cada mañana, cada amanecer repite la primera salida del sol en el día de la creación, eso es todo. Para el judaísmo Rosh Hashaná no es sobre el movimiento del sol y el cambio de las estaciones, no es acerca del año, sino que es acerca de la capacidad humana de auto-transformación.
La palabra hebrea “Shaná” traducida como “año” es la razón por la que el saludo “Shaná Tová” es erróneamente entendido como “Feliz Año Nuevo”. “Shaná” en realidad deriva de una raíz en hebreo que significa a la vez “cambio” y “repetición.” “Shaná Tová, por tanto, no se trata de un deseo de que fuerzas no humanas, tales como el tiempo, sean buenas (o misericordiosas), sino que son palabras de aliento pronunciadas entre seres humanos para fortalecer la determinación individual de efectuar cambios personales para mejor. Este no es un deseo vacuo. La celebración esta basada en la experiencia humana que testifica que se puede y se deben hacer cambios y que también se puede volver a aprender las olvidadas lecciones de la humanidad.
Al celebrar Rosh Hashaná el judaísmo afirma que los seres humanos no tienen otra opción más que la de continuar constantemente desarrollándose moral e intelectualmente. La alternativa es la de caer en el vacío de la falta de propósito.
Rosh Hashaná pide a los seres humanos que exploren aquello que puede ser recreado, qué barreras físicas, emocionales, intelectuales y espirituales deben ser derribadas, aquello que debe ser recordado para evitar repetir los errores del pasado.
 Esto es algo que no se puede efectuar bajo la anestesia del alcohol, la música retumbante o el comportamiento descontrolado. De la misma manera, no se puede realizar lo que Rosh Hashaná pide utilizando formas arcaicas y mitos que pretenden superponer el pasado judío sobre el presente, o mediante proclamas de moda que hacen “sentirse bien” pero que por eso no dejan de ser menos irreales.
Los jóvenes judíos, nacidos hace apenas dos décadas atrás, entienden esto. Es por eso que los más recientes estudios nos dicen que los jóvenes adultos judíos a menudo se identifican resueltamente como judíos, pero ven escaso valor en las formas del judaísmo institucional o comunal.

Y concluye con el análisis de lo que realmente significa el Rosh Hashanah:

El nombre original de Rosh Hashanah, tal como se encuentra en las escrituras hebreas es Yom Hazikarón, “Día del Recuerdo.” Un recordatorio de que se debe preguntar acerca del sentido de la vida, como así mismo un recordatorio de ante quien esta pregunta es formulada.
Las sinagogas no deben ser fuente de distracción, sino Batei Knéset, “casas de reunión”, donde los judíos deben reunirse durante este Iom Hazikarón, este “Día de Recordación,” para discutir, intercambiar notas, ser provocados por la sabiduría acumulada de las generaciones, a fin de buscar la vida que vale la pena ser vivida, la buena vida.
Quienes somos realmente y por qué existimos por un tiempo limitado no es material de exaltación religiosa sino preguntas fundamentales que Rosh Hashaná convoca a recordar. (Rabino Moshe Pitchon)*
Descripción: http://www.religionenlibertad.com/imagenes/sp.gif

Las celebraciones para recibir el año 5777 se han extendido hasta el martes y, durante estos días, la costumbre impera en las familias judías, sobre todo en el aspecto culinario. En la mesa no faltarán pan, vino, luz, la cabeza de pescado y la manzanas con miel, además de los knishes, falafel, bohíos de verdura, pleztalej con pastrón, entre otras comidas típicas.
Entre las comidas tradicionales las manzanas con miel ocupan un lugar especial. Para los judíos, son el símbolo de la dulzura que debe impregnar las acciones del año, a la vez que inundan a las personas de la paz y la ternura indispensables para la prosperidad y la armonía.
La luz de dos velas simboliza el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el vino, la alegría por un nuevo año de vida.
Según la versión que traduce el Shaná Tová como el deseo de que se tenga un buen año, también le agregan la palabra umetuká, a la que se atribuye el significado de  “dulce”, por lo que no solo se estaría deseando buen año, sino un buen y dulce año.
Pues deseemos a todos los seres humanos, judíos o no, Shaná Tová Umetuká: nuestro deseo de que en este 5777 año del calendario hebreo, seamos saludables, en nuestro camino encontremos sucesos enriquecedores, tiernos y dulces; que la paz, la prosperidad y el amor nos abracen y resguarden.
¡Shaná Tová Umetuká!

*El rabino Moshe Pitchon, quien reside en el sur de la Florida en los Estados Unidos es profesor de filosofía judía y literatura bíblica y director de BY un “proyecto sobre el judaísmo del siglo 21.” Sus escritos son publicados en medios alrededor del mundo en inglés, francés, español y portugués. Este e sun fragmento de uno de tres artículos sobre las Altas Fiestas.


martes, 4 de octubre de 2016

ROSA DE LOS VIENTOS





No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta. (Eduardo Galeano, Noche 1)


No quiero quedarme en tu garganta
si soy sincera
en ninguno de los puntos que han descrito los poetas
ni atravesada
ni al sur
quiero bajar un poco más
acurrucarme en el lugar más tibio de tu alma
escuchar tu corazón desde muy cerca
saber si es cierto que el amor viaja
sin documentos
por los caminos inexplicables de la sangre.
Desde allí podré escuchar tu voz grave
con ese timbre de ternura aunque estés riendo de mis miedos
acariciadora
y aunque quieras aparentar dureza te traiciona.
Aunque el sur es un buen lugar, si lo pienso
es sobre todo tierra de poetas:
de los que cambiaron la piel por un abrazo
y bebieron su sangre mezclada con el vino.
Te digo, amado,
el sur es la tierra prometida de la poesía
y por extensión
la Tierra prometida del amor.
Vuelven a preguntarme los fantasmas amados:
¿Por fin, quieres quedarte atravesada acá, al sur,
donde está la poesía y el amor?
Entonces pienso que si el punto cardinal lo marca un verso
acaso la mínima metáfora andariega nacida al calor de una noche fugaz
es bueno cualquier lugar.
Sea, te digo.
Desciendo por esa
garganta conocida, regada por vides ancestrales
y te espero
en una palabra cualquiera de ese verso
que amanece
-redondo y rojo-
en el horizonte increíble de tus párpados
donde asoma con cierta timidez
la rosa de los vientos.

domingo, 2 de octubre de 2016

LOS BURLONES SON MIS DUENDES




Hablando de duendes me vinieron a la mente los burlones. Mi familia es del centro de Cuba, algunos nacieron en Caibarién, otros en Yaguajay (como yo), por parte de padre en Sagua la Grande y mi madre tenía parte de su rama materna en un lugar pintoresco llamado Seibabo. Mi abuelo materno había llegado de España y allí conoció a mi abuela y se casaron.
Es increíble la imaginería de esa zona de Cuba. Está habitada por güijes, madres de agua, aparecidos que protegían tesoros enterrados. Mi propia madre nos contaba que había visto güijes debajo del piso de su casa… Así fue como conocí a los burlones.
Había un cuento simpático que siempre hacía, para demostrar que no hay forma de burlar a los burlones. El cuento era de una familia que se había cansado de que el burlón del hogar (para mí es la variante criolla del duende europeo) les jugara trastadas y se mudaban a cada rato para despistarlo. Invariablemente el burlón los encontraba y se mudaba a la nueva casa. Cierta vez, lo hicieron muy oculto. No hablaron de eso y salieron de madrugada al camino real con sus enseres en una vieja carreta, sin hacer ruido. Cuando se habían alejado unos kilómetros del pueblo, la mujer le dice al esposo: ¡Ay, viejo, se me quedó el orinal!, lo cual constituía una contrariedad grande, ya que en aquella época no había servicios sanitarios en las casas de campo, sino letrinas, separadas de las casas, por lo que de noche se colocaba un orinal debajo de la cama. En ese momento escucharon la voz del burlón que les decía: Caminen, caminen, que aquí lo llevo yo.
Este cuento es recurrente en mi familia para hacer referencia a que no nos libramos de los burlones, hagamos lo que hagamos y seguimos invocándolos ante sucesos inexplicables, fuera de lógica.
Eso me inspiró a crear en mi libro El acertijo de las conchas a estos personajes, peculiares y únicos e imaginé un escenario digno de ellos: contradictorio. No sé exactamente en qué año después leí el libro de Luis Cabrera Raúl, su abuela y los espíritus, ambientado en Yaguajay, y también con un espíritu burlón.
Aquí les presento a los burlones, los duendes de mi familia. Los personajes de El acertijo de las conchas, para lo cual he tomado un fragmento de ese libro.
Los burlones son aventureros y recorren el mundo. Cuando van a salir del bosque dejan su sombra. Esto tiene su explicación. Ciertamente es muy difícil pasar inadvertido si tienes una sombra pisándote los talones. Como también son olvidadizos hubo un tiempo en que al regreso no encontraban su sombra por ningún lado, lo cual es terrible porque pierden la memoria de sus viajes. No existe alguien más furioso que un burlón con la sombra perdida. ¿A quién le gustaría vivir sin recuerdos? Se les ocurrió construir un lugar donde guardarlas. Hicieron una cabaña grande y fresca, con techo de enredadera y rodeada de picualas (el olor de las picualas es la gran debilidad de los burlones. Si alguna vez quieres atraerlos utiliza unas cuantas florecitas. Es un método infalible).
Midina y Alejandro fueron recibidos por el Burlón Mayor que es una especie de consejero de burlones. Antes de explicar el motivo de su visita escucharon unas risotadas que les estremecieron.
Ellos no sabían que la noche anterior había regresado el burlón Caminante y era él quien reía estrepitosamente. El Burlón Mayor se puso de pie.
—No me esperen, pues para mi satisfacción parece que tenemos una pequeña fiesta. Me demoraré mucho.
Diciendo esto se fue sigilosamente y Alejandro, no acostumbrado al trato de los burlones, se levantó dispuesto a marcharse y Midina le pidió que volviera.
—¡Pero si tienen fiesta, no nos han invitado y para colmo, se va a demorar!
Con tono de burla, Midina le explicó.
—Nos pidió que esperáramos pues iba a regresar pronto; al parecer se ha presentado algún problema.
—¡Uf! Estos burlones me van a volver loco.
—Yo los encuentro divertidos. Es más, vamos a curiosear un poco, pues a ellos no les molesta en absoluto.
Se guiaron por el bullicio que se escuchaba y llegaron hasta la Casa de las Sombras. Se había congregado una gran cantidad de burlones que reían y se balanceaban.
El burlón Caminante salió de la cabaña. Venía arrastrando a una sombra. Ella se resistía y ondulaba.
—Entiendo por qué encontré a esta sombra, que es mía, en otro sitio donde yo nada había dejado.
—Todo es sencillo. Nada tienes que explicar. Esa sombra no es la del burlón Bohemio.
Así continuaron hablando entre ellos mientras Midina explicaba a Alejandro que se había perdido la sombra del burlón Caminante.
—Ahora van a hacer el llamado Número Dos a todos los burlones.
Alejandro se extrañó.
—¿El qué?
—Es un llamado de emergencia a todos los burlones para acudir al bosque desde cualquier lugar del mundo donde se encuentren. Lo presenciaré por primera vez.


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