martes, 30 de junio de 2015

DÍA DEL MAESTRO EN REPÚBLICA DOMINICANA




Hoy es celebrado en República Dominicana el Día del Maestro. En Cuba es el 22 de diciembre y se debe a que ese día, del año 1961, la isla fue proclamadaTerritorio Libre de Analfabetismo. Por coincidencias o el azar concurrente (siempre recuerdo a Lezama en estos casos), es también la fecha de nacimiento de Dora Alonso.
La campaña de alfabetización fue un suceso increíble. Miles de adolescentes marcharon a montañas y llanuras a enseñar a leer y escribir. Ese hecho marcó un precedente en nuestras dolorosas repúblicas, como le llamara José Martí a las naciones latinoamericanas. Ser culto es es el único modo de ser libre, diría el maestro de todos los cubanos. Nadie duda que el oficio de maestro es el supremo, como es la constitución la ley de leyes en un estado. De los valores que siembre el maestro, completando la educación de la casa, de la forma en que logre despertar en sus estudiantes el amor por el conocimiento, la investigación y ¿por qué no?, por la justicia, en tanto es la justicia aspiración legítima del ser humano y condición que le permite su plenitud vital.
Lo curioso del día es que el primer comentario que escuché por la radio (no sé cuál era la emisora, si la Z101) trataba sobre los significados de profesor y maestro, de estudiante y alumno. Se remitían a términos del latín y leían explicaciones semánticas sobre estos términos. Asimismo, ya antes me había llamado la atención el que coincidiera este día con el natalicio de Juan Bosch, siendo este el principal opositor de Trujillo, gobierno que fue quien instauró esta fecha en 1939.
 
Quisiera en este Día del Maestro en la República Dominicana, día en el cual se honra a los maestros, hacer un alto y agradecer de corazón esa labor, abnegada y casi siempre anónima, de quienes dedican su vida a enseñar y educar. A los muchos maestros que he conocido acá que se esmeran, con mucho en contra, por desempeñar su noble profesión con dignidad y sentido del decoro. A mis compañeros que se esfuerzan por procurar una bibliografía útil que desarrolle las inteligencias y capacidades de los estudiantes: Jorge, Altagracia, Ana Iris, Molina, Claudia, Fanny, los Víctor, María, Henry, Reynaldo, Lili, Blanco, los que no son maestros pero trabajan con amor esos libros, diseñadores, ilustradores, diagramadores y especialistas… mi admiración sincera y profundo reconocimiento por su aporte a la educación de este país.
Notables educadores han surgido de este pueblo. Por pensar en los que más conocimos desde Cuba podríamos citar a los hermanos Henríquez Ureña, destacando ese genial y consagrado magisterio ejercido por Camila y de Pedro, como hasta el final de sus vidas consideraron que su labor más importante era esta, por encima de su valiosa literatura y preclaro pensamiento.
Otros excelentes educadores son Eugenio María de Hostos, Socorro Sánchez, Federico Henríquez y Carvajal, Salomé Ureña, Ercilia Pepín, Urania Montás, por citar de los más importantes.

“Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”, dijo José de la Luz y Caballero. Son siempre los maestros quienes guían a los pueblos hacia el conocimiento, que es guiarlos hacia la luz. Más allá de disquisiciones tontas sobre la forma de llamarlos: que si docentes, profesores o maestros.
Y habrá quienes enseñan y sean profesores y docentes. De ellos no es este día. Este es el día para venerar a los verdaderos padres de la patria dominicana, a los que forjan el carácter y el espíritu cívico y universal de sus hijos: el Día del Maestro.

jueves, 25 de junio de 2015

PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESCOLAR DE EL QUIJOTE (Arturo Pérez-Reverte)




La RAE publica con Santillana un «Quijote» popular y escolar

En el año de su tricentenario, y como preludio a las celebraciones del bienio de Cervantes —en 2015 se cumplen cuatro siglos de la aparición de la segunda parte del Quijote y en 2016 se conmemora el 400 aniversario del fallecimiento del autor—, la Real Academia Española rindió homenaje al Quijote académico de 1780, impreso por Joaquín Ibarra, con esta edición popular de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, adaptada para uso escolar por el académico Arturo Pérez Reverte y publicada por al editorial Santillana. La obra incorpora prólogos del propio Pérez-Reverte y de Darío Vaillanueva, secretario de la RAE y coordinador del programa del III Centenario.
La adaptación de Pérez-Reverte descubre a los lectores la esencia, el corazón del clásico de la literatura universal. Con una impecable labor de revisión, esta nueva edición ofrece por vez primera una lectura lineal de la trama central del Quijote, respetando la integridad del texto, los episodios fundamentales, el tono y la estructura general de la obra. Esto ha sido posible gracias a una cuidadosa labor de poda de los episodios secundarios y las digresiones que hacían complejo el texto para su uso escolar.
«Hay numerosos Quijotes escolares que consisten en adaptaciones, antologías y reescrituras del texto cervantino. Algunos son muy recomendables, pero en su mayor parte no permiten una lectura rigurosa, limpia y sin obstáculos, de la trama básica que narra la peripecia del ingenioso hidalgo y su escudero. Y cuando se trata de trabajar en colegios con el texto íntegro, las digresiones y relatos insertos en él perturban a veces la aproximación amena, eficaz, que una herramienta educativa o una lectura sencilla pueden reclamar», escribe Pérez-Reverte en el prólogo de esta edición.
La obra incorpora dibujos originales e inéditos, entre ellos, una ilustración de un joven Francisco de Goya que no llegó a incluirse en la edición de 1780. «Lo que ahora se imprime como ilustración del relato cervantino no son las láminas de 1780, sino los originales de los dibujantes —Arnal, Barranco, Brunete, Antonio e Isidro Carnicero, Castillo, Ferro, y Jerónimo Gil—», advierte Darío Villanueva, secretario de la RAE, quien subraya también «el trabajo de adaptación, conforme a las exigencias de la más pura narratividad, que un novelista de tan reconocida maestría como Arturo Pérez-Reverte domina, para casar del modo más efectivo las fábulas novelísticas con el entendimiento de sus lectores, para facilitar los imposibles, allanar las desmesuras y suspender los ánimos, todo con el sano propósito de admirarnos, alborozarnos y entretenernos».
En su prólogo a esta edición, Darío Villanueva recuerda asimismo que la Real Academia Española cumple de este modo con una antigua cuenta pendiente: el encargo recibido mediante una Real Orden de 12 de octubre de 1912, que confiaba a la corporación «la dirección de dos ediciones del Quijote, una de carácter popular y escolar y otra crítica y erudita». Esta última se publicó en 2004, a cargo del académico Francisco Rico.
La obra se presentó para todo el ámbito de la lengua española  en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en México, los días 2 y 3 de diciembre de 2014.

PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESCOLAR DE EL QUIJOTE
                                                                                             


Hay numerosos Quijotes escolares que consisten en adaptaciones, antologías y reescrituras del texto cervantino. Algunos son muy recomendables, pero en su mayor parte no permiten una lectura rigurosa, limpia y sin obstáculos, de la trama básica que narra la peripecia del ingenioso hidalgo y su escudero. Y cuando se trata de trabajar en colegios con el texto íntegro, las digresiones y relatos insertos en él perturban a veces la aproximación amena, eficaz, que una herramienta educativa o una lectura sencilla pueden reclamar.
A ese objeto responde esta edición del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, adaptada para uso escolar por la Real Academia Española. A fin de facilitar una lectura sin interrupciones de la trama principal, se han retirado del texto original algunos obstáculos que pueden dificultar aquélla. Esa labor de poda, muy prudente y calculada, dedica especial atención a la limpieza de los puntos de sutura de los párrafos eliminados, para que la ausencia de éstos no se advierta en una lectura convencional. Eso incluye la renumeración y refundición de algunos capítulos, que en su mayor parte conservan el título del episodio original al que pertenecen.
En cada caso se ha procurado respetar la integridad del texto, los episodios fundamentales, el tono y la estructura general de la obra.
La presente edición sigue con fidelidad extrema el texto original utilizado, que es el de la magnífica edición impresa por Ibarra y publicada por la Real Academia Española en 1780, obra magna y orgullo de esta Institución. Tan sólo se corrigen, para facilitar una lectura fluida y evitar notas a pie de página —la única se destina a explicar quién fue Avellaneda—, algunos términos quizá confusos para un lector convencional y cuyo significado no puede deducirse con facilidad del contexto. También se han aplicado las reglas de la Ortografía de la lengua española de 2010.
Casi todas las palabras añadidas, sustituidas o actualizadas —no más de un centenar— provienen de la edición de Francisco Rico de 2004 y del Vocabulario de Cervantes, de Carlos Fernández Gómez, publicado por la Real Academia en 1957.
Para esta edición se ha elegido la misma bella tipografía utilizada por Ibarra en la de 1780. Y en lo que se refiere a las  ilustraciones, en vez de las láminas grabadas por Salma y Carnicero, tan hermosas como conocidas, hemos preferido publicar los interesantes dibujos originales, inéditos hasta ahora, de donde proceden aquellas láminas. Eso incluye el realizado por el entonces joven artista Francisco de Goya; dibujo que en su momento —paradojas de la vida— no fue utilizado por la Academia.
                                                                                      
                                                                                         Arturo Pérez-Reverte

(Tomado de www.rae.es)     

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