lunes, 29 de febrero de 2016

EL AÑO BISIESTO Y EL IMAGINARIO POPULAR


El planeta Tierra realiza varios movimientos, siendo los dos más conocidos el de rotación y el de traslación, siempre tomando al Sol como referente, que es el centro del sistema al que pertenece nuestro azul planeta.
El movimiento de rotación es el que realiza el planeta cuando gira sobre su propio eje y esa vuelta completa dura 23 horas con 56 minutos y cuatro segundos y es lo que denominamos día.
La traslación de la Tierra es el movimiento que realiza la Tierra en una órbita alrededor del Sol. Este movimiento de traslación dura 365,2422 días y por tal razón, el tiempo que excede de los 365 días que tiene el año según nuestro calendario gregoriano se acumula y, cada cuatro años, se agrega un día solar completo al año cronológico para ajustarlo.
Hay muchas supersticiones asociadas al 29 de febrero. Lo cierto es que las personas que nacen en este día solo celebran con exactitud su nacimiento cada cuatro años, y pueden elegir entre el 1 de marzo o el 28, aunque es más preciso el 1 de marzo, ya que ha terminado el 28 y es el día que le sigue.
Según la creencia popular, el año bisiesto es un año de desgracias y un refrán lo resume diciendo que «Año bisiesto, año siniestro».
Hechos terribles han acaecido en años bisiestos: el hundimiento del Titanic en 1912, el inicio de la Guerra Civil Española en 1936, el asesinato de Ghandi en 1948, el de Robert Kennedy en 1968, de Martin Luther King ese mismo año y el de John Lennon en 1980… y hay más aún.
Hay algunos hechos curiosos asociados a los años que tienen en su calendario un 29 de febrero.
En Grecia algunas parejas tradicionalmente evitaban casarse en un año bisiesto porque se pensaba que traería mala suerte en el futuro.
Pero en Reino Unido los años bisiestos se conocen sobre todo como aquellos en los que las mujeres pueden proponer matrimonio a los hombres.
Se dice que esta costumbre data del siglo XIX, cuando se alentó a las mujeres que realizaran sus proposiciones en tarjetas postales.
Algunos dicen que fue el santo irlandés San Patricio quien emitió un decreto en el que otorgaba a las mujeres el derecho a proponer el asunto una vez cada cuatro años.
Otros dicen que fue la reina Margarita de Escocia la que emitió una ley en 1288 que daba a las mujeres solteras la libertad de proponer matrimonio durante un año bisiesto, y el hombre que se rehusara era multado.
Ninguno de los dos dichos ha logrado ser demostrado.
Asociado a estos extremos hay cuestiones más prácticas como que se trabaja un día más al año por el mismo salario anual y para alegrar a los 4,1 millones de personas que cumplen años el 29 de febrero, la ciudad de Anthony, Texas, se proclamó la Capital Mundial del Año Bisiesto y realiza un festival de cuatro días durante los años bisiestos que incluye una enorme cena de cumpleaños para los nacidos el 29 de febrero.
Navegando he encontrado la página de www.nuevamujer.com, en la cual aparecen estos rituales y consejos.

El 29 de febrero es un día  para pedir y recibir dones especiales, así que aquí te compartimos 4 pequeños rituales que puedes hacer en casa para canalizar correctamente la energía del año bisiesto.
- Deshacerse de lo viejo, lo que no sirve o lo que traiga malos recuerdos. Guardamos muchas cosas en casa y no siempre se trata de objetos que atraen buena energía o que la dejan fluir. Este es un buen momento para sacar todo aquello que ya no nos sirve y nos mantiene atados, quizá, a un pasado doloroso. Cuando estés deshaciéndote de lo viejo o lo que no sirve, di: "Yo me libero de mis ataduras del pasado y abrazo un nuevo destino". 
- Libérate de malos sentimientos. El rencor, el odio y la envidia  son sentimientos que no permiten que llegue a ti la energía positiva y renovadora. Este es un buen día para también dejar ir los malos sentimientos. Puede ser que finalmente le ofrezcas una disculpa a esa persona que lastimaste o bien que generes más conflictos con alguien que no te cae bien. Busca un momento de soledad en tu hogar y enciende una vela blanca. Cierra los ojos y di la siguiente afirmación: "Con el humo de esta vela se van el dolor, el rencor, la envidia y todo lo malo que puede habitar en mí. Estoy lista para recibir lo positivo".
-  Para atraer el amor. Haz un círculo de flores blancas y colócate en el interior de él. Pon frente a tu una vela roja encendida y en posición de flor de loto cierra los ojos. Visualiza todo lo que deseas en una nueva relación amorosa y di lo siguiente: "mi corazón, mi mente y mi cuerpo están listos para el amor. Dejo ir lo negativo y permito que entre a mi vida todo lo positivo".

- Para la protección. Para este ritual es necesario que tengas velas en colores rojo, verde, amarillo, rosa, morada, azul, blanco y dorado. Cuando las enciendas debes dejar que se consuman por completo y decir lo siguiente: "En este día mágico pido protección para mí y para mis seres queridos; que no me falta amor, trabajo, salud, paciencia y sabiduría. Que todo lo que quiera hacerme daño no lo consiga. Que a partir de hoy esta casa se llene de energía positiva". 

jueves, 25 de febrero de 2016

JUAN EMILIO HERNÁNDEZ GIRÓ: EL PINTOR DE LA PATRIA


Juan Emilio Hernández Giró. Autorretrato

Lo descubrí mientras buscaba datos históricos de la guerra de independencia cubana en el siglo XIX. De hecho, no recuerdo que se le haya llamado de otra manera a la guerra que se inició en 1895 contra los españoles y que finalizara con la derrota de los colonialistas, pero  no con el triunfo del ejército mambí, traicionado por un tratado espurio, firmado en Europa y que supuso el traspaso del amo europeo al norteamericano.
Creó numerosas obras sobre hechos importantes de la Historia de Cuba: El desembarco de Martí y Máximo Gómez por Playitas, La muerte de Flor Crombet, La invasión de Oriente a Occidente, La Junta de la Mejorana, El Grito de Baire y El incendio de Bayamo. Realizó más de un centenar de dibujos a plumilla para un libro de Historia de Cuba en imágenes.


Junta de La Mejorana


Pero, ¿quién fue Juan Emilio Hernández Giró?

Aunque encontré dos fechas de nacimiento (22 y 28 de mayo), las fuentes coinciden en señalar que nació en Santiago de Cuba en el año 1882 y que se inició desde muy temprana edad en el estudio de las artes plásticas, siendo su padre uno de los primeros maestros.
Como consecuencia del estallido de la guerra del 95, su familia se traslada a Haití y es allí donde realiza estudios en la academia, perfeccionando sus conocimientos y habilidades en el dibujo.
De regreso en Santiago de Cuba pinta sobre el desembarco de Gómez y Marti y la muerte de Flor Crombet. En esta etapa le debe mucho al mecenazgo de Bacardí, viajando entonces a España y otros países europeos, siempre perfeccionando su técnica. Creó sus obras en casi todas las técnicas: acuarela, óleo, plumilla, grabado…


En el sitio de Arte Cubano se expresa que:
«En esta etapa de su vida recibió un apoyo importante de Emilio Bacardí, posteriormente viajó a España, donde residió varios años. Allí continuó dedicándose a la creación artística y a los estudios relacionados con esta, concibió no solo cuadros sino dibujos y bocetos que permiten acercarse a la evolución de su arte y a las preocupaciones inherentes al mismo, más allá del preciosismo técnico. Tuvo también la oportunidad de viajar a Inglaterra, Holanda y Bélgica, donde intimó con otros artistas y amplió su cosmovisión en materia de arte.
»En 1924 regresó a Cuba, era ya un pintor de prestigio y contaba con un arsenal de técnicas que no solo utilizaría en sus obras sino que le permitirían también emprender una carrera como docente en la Escuela de San Alejandro, donde su impronta todavía perdura. Aun lejos de la isla, el ámbito de la realidad que le interesaba plasmar no había variado sustancialmente, incluso fue el autor de los 101 dibujos a pluma que forman parte del libro Historia de Cuba en imágenes. No solo le interesaba la historia propiamente bélica e insular, pues había creado ya La jura de Hernán Cortés y El primer alcalde municipal, entre otras piezas de este corte.
»Otra arista de su trabajo incluye los retratos, entre los cuales se cuentan cerca de 300, entre ellos del poeta José María Heredia, de René Doumic (Real Academia de Francia) y de Mademoiselle Jeanne Hatto, por solo citar algunos. En cuanto a la temática religiosa no fue prolijo, pero sí encontramos la pintura de Nuestra Señora del Carmen y otro cuadro en que se mezclan motivos diversos, de corte más bien histórico: Las ruinas heroicas de la Iglesia de Bayamo. Asimismo, fue el autor de Taita Pablo pilando café cubano, un ejemplo de costumbrismo de altos quilates con afán de trascendencia. Sin duda, un pintor imprescindible de nuestra plástica».
No solo es importante como artista, sino que desde la Secretaría de Educación primero, luego en la dirección de la academia de San Alejandro, organizó e influyó en la enseñanza de las artes plásticas. En 1927 es nombrado Director de Bellas Artes de la Secretaría de Instrucción Pública, organizando la participación de artistas cubanos en las exposiciones de Filadelfia, Baltimore y la de Sevilla de 1929.
Participó con sus obras en muchas exposiciones realizadas en París, en La Habana y en el Salón Iberoamericano de Sevilla de 1929.

Murió en La Habana, en noviembre de 1953, en el año del centenario del apóstol. Una de sus pinturas emblemáticas fue la caída de José Martí. He aquí uno de sus retratos.



Juan Emilio consagró a nuestra Historia buena parte de su obra, Como si hubiera escuchado al Maestro cuando dijo:
No vuelvan los pintores vigorosos los ojos a escuelas que fueron grandes porque reflejaron una época original; puesto que pasó de época, la grandeza de aquellas escuelas es ya más relativa e histórica, que presente y absoluta. Copien la luz en el Xinantecal y el dolor en el rostro de Cuauhtemotzi... Hay grandeza y originalidad en nuestra historia: haya vida original y potente en nuestra escuela de pintura.





lunes, 8 de febrero de 2016

EL AÑO NUEVO CHINO: TRADICIONES QUE HACEN GRANDE UNA CULTURA


Resulta curioso como todas las culturas tienen elementos afines y, a la vez, peculiares, siendo estos los que las diferencian y hacen únicas dentro del universo.
Para los occidentales, llamados así por encontrarse del lado de acá del mundo (sin que el término responda a una división geográfica, sino sociológica y, quizás, filosófica), el año nuevo comienza el 1 de enero de cada año natural, medido y fijado por el calendario gregoriano. El año nuevo chino comienza con la primera luna nueva más próxima al día equidistante entre el solsticio de invierno (entre 21 y 23 de diciembre, de acuerdo con la posición del sol) y el equinoccio de primavera (entre el 20 y 21 de marzo), por lo que habitualmente ocurre 45 días después del solsticio de invierno y 45 días antes del equinoccio de primavera. Es significativo que, además de ser el Año Nuevo sea conocida esta fiesta como Festival de la Primavera: es el anuncio de que se le da la bienvenida a la estación del año en que germina la naturaleza y el espíritu de los humanos agradece las bendiciones del mundo y canta.
En Wikipedia, cuando buscamos información sobre el calendario chino se explica que data del año 2637 a. C., consta de cinco ciclos de doce años regidos por animales como la Rata, el Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. Este año que comienza en el día de hoy es el año del Mono y, más específicamente, el año del Mono de Fuego.
¿Por qué el Mono de fuego? Porque en esos cinco ciclos de doce años hay un elemento que rige al animal, y que para los chinos son, en el orden, Tierra, Metal, Madera y el Fuego. Quiere esto decir que hay un mono de fuego en 60 años: el anterior fue en 1956.
«Las casas lunares o shǔ son cada una de las 28 constelaciones del zodiaco lunar. Dependiendo del día y hora de nacimiento de la persona, la luna estará en alguna de las casas lunares, que, según la astrología china, determina a cada persona.
El origen del calendario chino tradicional a la civilización Xia, que ocupaba la región durante el siglo XXII a. C., mientras que otros lo atribuyen directamente al mítico Huangdi, unificador y primer emperador de la China, que vivió en el siglo III a. C.
Los historiadores sitúan sus orígenes hacia la mitad de la dinastía Shang (1300 a. C.), cuando se tiene primera constancia documental de la utilización de las cuentas cíclicas para los días.
El problema para los sabios astrónomos chinos fue el mismo que para el resto de los pueblos antiguos: intentar combinar los movimientos de la luna y del sol, ciclos siempre difíciles de congeniar. El calendario chino tradicional era lunar, pero ello causaba graves problemas a los agricultores porque no había forma de fijar las estaciones en él.
Como para el resto de culturas, la búsqueda de un calendario que reflejara correctamente las estaciones era fundamental para la agricultura, por lo cual los pueblos buscaron maneras de observar el movimiento de los astros y reflejarlo en un sistema cronológico de días completos.
Pasaron los siglos y hacia el año 104 a. C., por medio de sistemas de observación y de medición de las sombras proyectadas por un palo vertical (gnomon), los antiguos astrónomos chinos llegaron a estimar la duración del año en 365,2509 días, una aproximación excelente para la época. Ya sobre el año 480 de nuestra era, el gran sabio Ju Chongzchi lo estableció en 365,2428 días, con un exceso de tan sólo 52 segundos sobre el valor vigente (365,2422). Pero hay variaciones.
El año chino ordinario consta de 12 meses lunares, cuya duración oscila entre 353 y 355 días. Cada tres años se intercala un año con un mes más, resultando un año entre 383 y 385 días; este año de trece meses se llama año embolismal».
Los chinos tienen la costumbre de emigrar a sus lugares de origen, pueblos o ciudades natales, en este día. Acuden desde todos los puntos del planeta para la celebración, que dura quince días.
Para esperar el Año Nuevo, adornan las casas con letreros hechos de color rojo, que es el color de la buena suerte, colocan símbolos de prosperidad (como un pez) o caracteres chinos que contengan un mensaje positivo.
La noche vieja, la de ayer, fue para reunirse con los amigos en una cena de doce platos con ingredientes simbólicos y en ella se reparten sobres con dinero a los hijos pequeños y a los solteros.
El Año Nuevo chino comienza el 8 de febrero de 2016 y durará hasta el 27 de enero de 2017. El día de Año Nuevo, los chinos no acostumbran comer carne, porque aseguran que esto les alarga la vida y se baila la danza del dragón que encarna la sabiduría y la riqueza. También desfila el león por las casas, recogiendo sobres rojos y lechuga.
Hay una serie de ritos y precauciones que los chinos toman en cuenta para tener suerte y dinero en el año nuevo, de acuerdo con las supersticiones y tradiciones más arraigadas. Estas son:

-       No lavar ni ropa ni el cabello el día de Año Nuevo para no ofender a la diosa de las aguas lo primero, y para no dejar ir la fortuna, en el caso del cabello.
-       No tomar medicamentos el primer día del año, para no enfermarse.
-       No permitir el llanto de los bebés, pues trae mala suerte.
-       No usar tijeras, cuchillos n algún instrumento afilado para no cortar la buena suerte.
-       Organizar la casa el último día del año para comenzar el nuevo año en orden, así como saldar deudas para atraer la prosperidad.
-       Deben abrirse las puertas y ventanas para que entren las buenas energías desde la Nochevieja y no barrer la casa.
-       Acostumbran regalar naranjas y mandarinas, símbolos de prosperidad y buena suerte.
-       No usar ropa blanca o negra, que son de luto, pero sí roja, que atrae la buena suerte y aleja malos espíritus y al monstruo llamado Niam.

Por si acaso, vistamos de rojo, encendamos las luces del alma y coloquemos en nuestras puertas la imagen de un pez: nuestra mente es poderosa y podemos atraer el amor, la prosperidad y la buena fortuna solo con desearlo y sonreír en este nuevo año chino, porque la sonrisa es el conjuro más fuerte contra la tristeza y nunca habrá una riqueza mayor que la alegría.




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