miércoles, 19 de octubre de 2022

HOY TENGO LA CABEZA LLENA DE PÁJAROS

Hasta hace un año y medio viví en un apartamento que tenía una hermosa terraza, flanqueada por grandes árboles, a la que me daba mi habitación, desde donde escuchaba, al despertarme, el canto de los pajaritos que llenaban el aire y la mañana con sus trinos. En ese lugar sobrevivimos a la epidemia mi hija, Diego y yo, agradecidos de poder tener ese espacio mágico donde respirar aire puro, tomar un poco de sol y hasta hacer ejercicios en medio de aquel encierro terrible. 

Normalmente siempre tengo un ruido en los oídos, tinitus se llama, y fue en ese lugar donde lo descubrí, no sé si lo padecía desde antes. Pero el canto de los pájaros era mágico para mí, y lo sigue siendo. Ahora también tengo un pequeño oasis de vegetación detrás de mi casa y es un rincón encantado, sobre todo en ese horario después del mediodía de los fines de semana en el que los ruidos se acallan y los rayos de sol entran silenciosamente por los cristales de la cocina.

Creo que uno de los regalos maravillosos que nos ha dado la vida son los sentidos para apreciar tanta belleza que nos envuelve. Por eso solamente debemos vivir la vida agradecidos y felices. Por eso y por el cariño de tantas personas.

Ayer recordaba eso, tantas personas que llegan a nuestras vidas y se mantienen a nuestro lado de forma delicada, arropándonos, compartiendo breves momentos (o no tan breves) que los hacen permanecer en nuestros recuerdos para siempre. Hay algunos con quienes siempre nos seguimos comunicando, pero otros viven en nosotros, a pesar de las distancias y de que no sepamos de ellos a menudo, o tal vez, nunca. Recordé a mi amigo Serafín, a quien debo escribir sin falta porque no sé de él desde hace mucho tiempo y debe seguir en Angola; a Gerardo, mi colega de Casa de las Américas; a Faílde, el poeta floridano; al emblemático instructor literario de La Lisa y a la bibliotecaria de mi escuela primaria; a mis maestros, a mis amigos de la secundaria y el Pre, de la carrera, de los lugares donde he trabajado... es una lista interminable pero sus rostros aparecen en mi memoria como en los momentos en que compartí mi tiempo con todos ellos.

Pienso que la vida es un tren al cual nos subimos cuando nacemos y vamos pasando por innumerables estaciones, en las que suben y bajan personas que nos acompañan durante una parte del camino físicamente, pero quedan en el recuerdo.

Todos ellos forman parte de nuestro ser, nuestras experiencias y por supuesto, de nuestro infinito amor. Cuando me pierdo en este tipo de reflexiones me digo: "Hoy amanecí con la cabeza llena de pájaros". Debiera decir, llena del canto de los pájaros, pero mi frase abrevia las palabras para dejar solo su sentido. Debe ser porque cuando me inundan esos pensamientos agradecidos que son recuerdos luminosos, vuelvo a escuchar dentro de mi cabeza, esos melodiosos trinos de los pájaros del alma.

Entonces, he escrito ahora porque, antes de continuar trabajando, debía escribir para responder a esos trinos y permitir que vuelvan, dulcemente, a mis recuerdos. 




miércoles, 5 de octubre de 2022

LUZ PARA EL CAMINO



Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás!
(ESTE BELLO TEXTO LO ENCONTRÉ EN INTERNET.
DE AUTOR DESCONOCIDO)

martes, 4 de octubre de 2022

RITUAL PARA RECIBIR EL OTOÑO/PRIMAVERA (De Duendes Avalon)






*Se puede realizar cualquier día durante esta época del año.*

En un plato de barro preferentemente, depositar semillas de maíz, frijol y arroz, lentejas... (cualquier tipo de legumbre/semilla sirve).
Sobre las semillas poner en el centro del plato una manzana roja la más hermosa que podamos encontrar.

En 4 "lados" de la manzana clavar un incienso, dejando libre el centro.
Los 4 palitos de incienso aroma sándalo si se desea traer solo prosperidad.
1 de sándalo para la prosperidad, 1 de rosas para el amor 1 de coco para alejar la negatividad y 1 de canela para la armonía.

Pueden ser 2 de rosas 1 de canela y 1 de sándalo para atraer el amor, otras combinaciones también sirven, por último si no tienes, sirve cualquier tipo de aroma.

MUY IMPORTANTE: Al momento de encender los 4 palitos de incienso/sahumerio debemos ser conscientes y tener actitud frente a la petición, es necesario creer, tener fe y confianza y pedir con todas tus energías al Universo, ser Divino...

A un costado preferentemente de lado derecho del plato pones una vela amarilla prendida hasta que se consuma para atraer más abundancia a nuestra vida. En la vela puedes poner con un alfiler tu solicitud.

Al terminar el ritual dejar el plato al aire libre por una noche y al día siguiente enterrar los restos en el jardín, o parque, maceta. Agradeciéndole a la Madre Tierra por la energía brindada.
Esto atraerá abundancia a nuestra vida, pues las legumbres representan el dinero. ¡Con fe!

(TOMADO DE LA PÁGINA DE DUENDES AVALON, Facebook)

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