lunes, 23 de enero de 2023

JOSE DIAZ ROQUE: SIEMPRE EN MI MEMORIA

 



Hoy es 23 de enero y mi amigo, el poeta, ensayista, sacerdote de la Iglesia Católica Liberal Rafael Arcángel y humanista profundamente comprometido con su tiempo, estaría cumpliendo 70 años. Su partida fue prematura, a los 61 años, ya se cumple casi una década y sus recuerdos me asaltan.

En la paz de aquella sala de la biblioteca provincial de Cienfuegos, desde donde se dedicaba a investigar y a filosofar con todos los que entrábamos para pedir un consejo, discutir un tema o sencillamente, degustar un café, irradiaba su bienhechora influencia.

Trataba por igual a todos, con amabilidad y sencillez. Su vasta cultura e inteligencia jamás lo hicieron creerse diferente a los demás, por humilde que fuera su lugar en aquella institución que se movía alrededor de él.

Organizaba todos los eventos de la biblioteca, armaba con pericia los talleres, las conferencias o los paneles que se harían. Se preparaba minuciosamente para el discurso que debería dar, con la misma aplicación e interés que un estudiante se prepara para un examen.

Devoto admirador de Florentino Morales, batalló para que se le diera la condición de historiador de la ciudad, ya que ese otro estudioso, vivió todo el tiempo para saber y engrandecer cada día a la ciudad que ambos amaban más allá de cualquier límite.

Tiene una bibliografía impresionante, que incluía biografías, estudios de epistolarios como el de Federico García Lorca y José María Chacón y Calvo, sobre Samuel Feijóo, sobre la radio cienfueguera y por supuesto, libros de poesía, porque era esencialmente un poeta, al escribir y actuar. Y por poeta entiendo al espíritu sensible, irreverente, iconoclasta, admirador de la belleza y veedor de las más profundas aristas del ser humano. Sin publicar quedaron su biografía novelada de Rita Suárez del Villar y epistolarios de Florentino Morales con diversas figuras de la cultura universal. Permaneció leal a sus convicciones hasta que murió. 

Escucho a veces la frase "escritor comprometido". Él lo fue, comprometido con sus convicciones humanistas, la libertad de credo y expresión, comprometido con todo en lo que creía y a lo que era leal.

Fundador en Cuba de las áreas especiales para ciegos y débiles visuales en las bibliotecas públicas, desarrolló un activo papel en la promoción de lectura para las personas en condiciones desventajosas, que incluían a otras personas discapacitadas como sordos, mudos, hospitalizados, presos..., siendo miembro de IFLA de esa sección correspondiente.

Fue vicepresidente de la UNEAC desde su fundación y de la Unión de Historiadores. Desde esa sala donde laboraba en la biblioteca, se gestó  la fundación de la Sociedad Cultural José Martí, ya que fue siempre un martiano fervoroso, de corazón. Nacido en el año y mes del centenario del maestro, se creía una especie de heredero de su misión y así actuaba. 

Me parece escucharlo, con aquel vozarrón suyo, llamando a alguien desde la puerta de aquel precioso edificio al llegar por las mañanas. Fumador y bebedor empedernido de café, encargábamos el preciado néctar negro con Marcelo, un señor canoso parecido al caballero de París, a cualquiera de los lugares cercanos que lo vendían.

La última vez que estuvimos juntos fue en ese año de su muerte, 2014. Estuve en la feria del libro de Cienfuegos, aunque ya vivía en Dominicana. Recuerdo que presenté un libro mío, creo que La noche en el bolsillo. Había un evento en la biblioteca y allí fui a sentarme junto a él, en la sala general, a cuchichear sobre nuestras vidas, ajenos a lo que se hablaba en el panel.

Lamento no haber tenido más tiempo en ese momento para compartir. Luego pienso que las personas se quedan en nuestras vidas por un tiempo relativo, cuya huella trasciende los números: solo depende de la intensidad con la que hemos compartido y vivido nuestros momentos juntos.

Quizás siento que, además de su recuerdo, su vocación rebelde y humanista me acompaña y así lo hará hasta el final de mi vida. Hasta que nos reencontremos.

Por eso ahora bebo una taza de café a su memoria y releo sus versos. Acá conmigo se quedan su energía y su amor incondicional. Que te acompañe toda la luz, amigo querido,  porque siempre fuiste solo luz para nosotros, quienes tuvimos la fortuna de compartir contigo un pedacito de eternidad.

Bibliografía 

  • Crónica de una emisora: Radio Ciudad del Mar.
  • Bibliotecas Especiales.
  • José Martí: para una ascensión constante del llanto redimido. Ensayo oracional.
  • Reseña de un crepúsculo: imagen e idea para una interpretación de la hermenéutica comparativa de José María Chacón y Calvo.
  • Cartas desconocidas de Máximo Gómez a Rita Suárez del Villar.
  • La otra iluminación: Federico García Lorca y José María Chacón y Calvo.
  • Las cosas de Samuel.
  • Los mástiles del tiempo.
  • El zapato en la piedra.
  • Ruiseñor de siempre.
  • El crepúsculo, la noche y el marinero.
  • Ensayos literarios Como de hierba.


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