(Tomado de azulibelula.wordpress.com) |
La maldición del sueño
Si te fijas, nunca estaremos en paz con
todos siempre. Por alguna razón, la vida misma se encarga de romper el
equilibrio. Una centuria danza su propia melodía en la rueca que pincha y
adormece.
No se puede soñar con un beso de amor que
nos despierte. El beso tiene que atravesar setos de espinas, encantamientos y
caminos desolados. Es tan peligroso el camino que no se puede dormir mientras
afuera, la vida tiende trampas al amor.
No sueñes con un beso. Un beso así de
grande —en su única y tremenda soledad— está desamparado, a merced de todos los
peligros.
No sueñes, te digo, con el beso. Preciso
es que salgas a buscarlo.
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