(Tomado de mineduc.edu.gt) |
A Peruso le gusta Elisa. Dicho así
parece una cosa sencilla, pero qué va. Cuando único se le queda la mente en
blanco y ni siquiera puede hacer cuentos es cuando ella, por casualidad, viene
adonde está la pandilla a la hora del receso. Ni el trompo puede bailar en la
mano. Total, que se vuelve un verdadero desastre.
Están jugando a los barcos cargados de…
y va ganando Peruso, hasta que llega Elisa y empieza a cambiar el partido. Le
toca a Raúl.
─Por el puerto de Cienfuegos llega
un barco cargado de animales que
empiezan con ¡A!
─Avestruz
─Ardilla
─Almiquí
─Abeja
─Araña
─Atún
─Aguacate
─¡Peruso!
El animal eres tú- exclama Leonel.
Empiezan a reírse. Aprovechan que Peruso
está confundido por Elisa para fastidiarlo.
─A ver, señor Peruso, ¿el aguacate nace
de huevos? ─le pregunta Lázaro.
─¿Es un ave o un mamífero? Debe ser un
ave, por la altura ─opina
Osvaldo.
Peruso ríe con ellos pero, por dentro,
está molesto. Con el rabo del ojo ve a Elisa riéndose con los otros. ¡Qué linda
se ve Elisa cuando ríe! Trata de estar a la altura del momento, tan alto como
una mata de aguacates.
─Es que así se llamaba mi perro pastor
y, que yo sepa, el perro es un animal.
Los otros mueven la cabeza, queriendo
decir “este no tiene remedio”.
─No estamos pidiendo el nombre de un
animal, sino el nombre de la familia.
Peruso se mete la mano en los bolsillos
y silba, fingiendo asombro.
─ ¿La
familia? Me imagino que hablan de los apellidos pero, que yo sepa, ustedes
tampoco lo dijeron. Eso es trampa.
Los salvó el timbre porque ellos saben que si
él empieza a buscar explicaciones, el enredo es tremendo. A Peruso le gusta ver
una sonrisa en la cara de Elisa. “Ya,” se dijo, “le caigo bien”. Pero Elisa es
muy seria. Siempre está leyendo o estudiando. ¿Qué podría inventar para salir
una vez con ella? Decide averiguar qué le gusta hacer el fin de semana.
Dianamari investiga. ¡El cine! A Elisa le encanta ir al cine. Peruso piensa que
es porque le gustan los actores. Su mamá y la abuela se la pasan diciendo que
si este actor tiene los ojos bonitos, o que si el pelo, pero bueno, a él se le
tiene que ocurrir un plan. Empieza por el espejo. Se mira como si allá hubiera
otra persona y no él.
─
¡Estás raro de verdad! –le dice a la cara que se refleja en el cristal –. No te
vendría mal arreglarte el pelo, para empezar.
Está
una semana sin salir de su casa por las noches. Sus amigos nada más lo ven en
la escuela. ¿Qué andará haciendo Peruso? Resulta que él ensaya. Se ha dedicado
a ensayar delante del espejo un parlamento del protagonista de la película Anoche
era noche de luna llena.
(Protagonista)
—… y pensar
que en la luna llena se reflejan tus ojos como si fueran dos flores en un
lago...
Cuando
ha ensayado bastante se decide a poner en práctica su talento. La hora buena es
la del receso del viernes, porque dura media hora. Además, puede aprovechar
para invitarla a salir. Se pone de acuerdo con la pandilla y logra que Elisa se
interese por lo que hacen. Llegan caminando al banco, uno se acuesta y los
otros corren alrededor del banco, por lo menos diez veces. Luego levantan al
que está acostado, lo hacen dar diez vueltas, y así.
“Cada
vez están más raros”, piensa Elisa y se les acerca. Nada más llegar ella, Peruso
se levanta, hace un gesto con el brazo como si se cruzara una capa al hombro y
declama:
—
¡Y pensar que te esperé anoche, y anoche era noche de luna llena...
Peruso
no puede terminar. Elisa insulta a los amigos de Peruso.
—
¿Ven lo que han hecho? Eso es por dar tantas vueltas. Le han virado la cabeza
al revés a Peruso. ¡Prepárense!
Se
va del patio, furiosa, y los amigos se quedan mudos. Primero están serios, pero
después se mueren de la risa. Ahora Elisa piensa que Peruso está mareado por
las vueltas y por eso habla boberías.
—Peruso,
esa chiquita no te entiende—le dice Raúl —.Siempre va a pensar que tienes la
cabeza al revés.
Todavía
Peruso calla. Le parece que es un problema de actuación. Tendrá que escoger
otra película, otro actor... ¿o tendrá que enamorarse de otra muchacha?
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