Duerme, mi pequeño
que la noche llega
y con ella el sueño
de la enredadera.
Pájaros y mariposas
dejaron ya de volar:
y duerme la breve rosa
a la sombra del rosal.
Duerme, mi pequeño
que la noche llega
y con ella el sueño
calladito, juega.
Está despierta Violeta
aunque todos duerman,
¡qué campana pizpireta
para dar vueltas y
vueltas!
Por eso, pequeño
galán de mis noches
te acuno en mis sueños
con un leve roce
de pétalos suaves
de jazmín del cabo
-solo el cielo sabe
cuánto ya te extraño-.
Duerme, mi pequeño
arrorró de rorro
la manta del sueño
te cubre los ojos.
Mientras yo te acuno
la luna se asoma
-espejo nocturno
de luces y sombras-.
Duérmete, pequeño
que la noche llega
y te trae el sueño
de la luna nueva.
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