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Pero hay algunos que van más allá. Esa experiencia la
he tenido con un amigo muy querido y rojo, pues es pelirrojo y se sonroja al
hablar, por lo que lo he nombrado Erick el Rojo, como un pirata vikingo de aquella
película de nuestra infancia: mi extrañado José Manuel Espino, exquisito poeta
y amigo entrañable. Hemos compartido muchas experiencias y, así como admiro su
talento y originalidad poética, él me la devuelve divirtiéndose con mi manía de
escribir cuentos y ver la vida como un cuento, cuya trama a veces se complica,
nos hace sufrir o ser felices, para luego sorprendernos con giros inesperados.
Creo que nada de lo que escribe me es ajeno. Su libro de Nunca Jamás es mi
lectura obligada, aunque sabe que adoro la parte del amor de Garfio por Wendy.
La intertextualidad con Peter Pan y Wendy le suma encanto. Por eso, cuando nos
tratamos me llama Scherezade y por eso cuando escribe me manda un dedal, que es
un beso en el lenguaje Nunca Jamás.
Hay libros que se integran a la familia y de pronto
estamos viviendo como esos personajes, actuando y tratándonos como ellos. Leí
hace poco un excelente artículo de Antonio Orlando Rodríguez sobre la saga de
Tove Janson y me entró el deseo de escribir unas palabras sobre cuanto ocurre
con mis hijos y estas historias de troles encantadores.
Para empezar, es cierto que soy la Mamá Mumín, porque
hemos vivido las mayores tribulaciones e increíbles aventuras sin alejar la
sonrisa de nosotros y, a pesar de sufrir tristezas en algunas etapas de nuestras
vidas, la magia de la palabra nos ha salvado de caer en la rutina o la
desesperanza. Aunque debamos hacer una adaptación en tiempo y situaciones
reales, somos la familia Mumín, no cabe dudas. Mi hija es la Esnorquita, así
que siempre la advierto en contra de querer tener las pestañas largas (aunque
sea lograda por el deseo expresado al más solitario de los magos), ha aprendido
a poner otra hoja de abeto en la mesa para acoger a los nuevos amigos, con toda
la dulzura y delicadeza de su alma
, y ahora ha logrado traer más felicidad al valle con un pequeño Esnorque que ha vuelto todo al revés, como el soplo de aire nuevo que entra sin pedir permiso y nos regala la felicidad cuando nos miran sus ojos o se acurruca en los brazos de cualquiera de nosotros Mi hijo Mumín tiene a sus Manricos y
Esnorques que están con él en cualquiera de las estaciones: con armónica o sin
ella, se sienta en el pretil del puente de la vida siempre acompañado. Se ha
ocultado muchas veces dentro del sombrero del mago y ha sido reconocido por mí
todas las veces porque, de tal madre, tal Mumín. Han crecido tiernos y fuertes,
escuchando siempre los consejos y los avisos que nos traen las mariposas y los
cucos que vuelan cuando termina el invierno. Por mi parte, siempre deseo que
cuando se les aparezca una mariposa sea dorada, como el sol.
Nos alegramos en los cumpleaños y celebramos cantando Todos los bichitos se ponen un lazo en su
cola y nombramos Aventura a ese barco que es nuestra vida y
al cual bauticé lanzándole el más poderoso de los conjuros para estar juntos
siempre y una botella con el rocío de las mañanas hermosas de nuestro verano,
dejando al papá Mumín escribir sus memorias y azares.
Por eso creemos en nosotros como hacedores de una
magia que nos dio el sombrero del mago y coleccionamos amigos, esperanzas y
amores que recogemos cuidadosamente en el delantal del Jemulén diario, desde
este valle que compartimos y que nada tiene que ver con las fronteras naturales
o humanas, donde la calidez del corazón convierte siempre el invierno en primavera.
2 comentarios:
Mirtha, maravilloso leerte. No imaginas cuanto disfruto tu obra, y tu sencilla formar de abrirnos tantos mundos. Un abrazo caluroso desde San Francisco.
PD: Encontre una joya de poesia para ninos en Cuba. De Miguel Perez valdes un libro editado por Mecenas titulado Las Ruedas de la Luna.
Gracias, Yamil. Eres generoso conmigo y siento una profunda empatía por ti. Los iguales nos identificamos enseguida. Miguel Pérez Valdés es excelente. Ese libro no lo conozco, pero lo buscaré. Ahora una editora de Cienfuegos creó un grupo al que me invitó con los libros de Mecenas.
No menos maravilloso leerte a ti, admiro esa agudeza tuya para expresar la idea justa desde la buena fe y la ternura. Un placer y un abrazo grande desde esta otra isla del Caribe, nunca como la nuestra, pero acogedora.
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