Cubierta de la edición de Panamericana Editorial, de la autoría de Henry González |
EL
ENCUENTRO
Pensativa
se despide del deshollinador y llega a la última calle del pueblo que indica el
regreso de su viaje. Hay una casa de madera y tejas con un cartel: Biblioteca.
Ahora sí encontraré mi cuento, piensa la niña.
Dentro hay
muchos estantes con libros. ¡Qué curioso! En la cubierta no aparecen
títulos ni láminas. Mira a la joven sentada detrás de la mesa que la
saluda en silencio y continúa escribiendo.
Coge un
libro en sus manos y lo abre. Todas sus páginas están en blanco. Lo
cierra, decepcionada.
Cuando lo
va a poner nuevamente en el estante ve que la cubierta está ilustrada y
tiene un título, y hasta su autor, mejor dicho: autora. ¡No puede ser!
Este libro estaba en blanco.
—¿Decías?
—pregunta la joven.
Sin darse
cuenta ha hablado en voz alta. Sacude la cabeza y no contesta. En
la cubierta aparece un dibujo de ella caminando por la ciudad y puede leerse en
letras grandes
LA NIÑA QUE SALIÓ A BUSCAR UN CUENTO
Mirtha González
Gutiérrez
“¡Esa soy
yo! Pero, ¿cómo?”
Hojea de
nuevo el libro y lee:
“Abre los
ojos despacio. Por los cristales asoma la claridad de la mañana. Se
acuerda del anuncio de la tormenta de árboles y salta de la cama…” Al
leer esto cierra de golpe el libro. La joven viene hasta donde está ella.
— ¿Te
sucede algo?
—No
—responde—. Parece que he tenido un día muy difícil y no veo bien las
cosas.
La joven
sonríe.
—Lee un
poco más, Mirtha.
— ¿También
sabe mi nombre?
—Está
escrito en ese libro.
—Pero yo
nunca he escrito esto. Sólo leo cuentos y pensé que aquí podría encontrar
algunos diferentes.
—Si, los
encuentras, pero en ellos están los cuentos que cada cual trae hasta aquí. Lee
un poco más, por favor —le pide.
Allí
estaba escrito lo vivido en el pueblo de las calabazas, los sueños
desaparecidos, el encuentro con el deshollinador.
—¿Puedo
llevarlo? —pregunta.
—Claro, es
tu propio libro con los cuentos encontrados a lo largo del camino.
Sale
dándole las gracias y comprende que no tiene sentido llevarse el libro.
Regresa y lo devuelve al estante.
El camino
está lleno de cuentos. Ya en la calle echa un vistazo a la casa. Ahora tiene
dos balcones de lindas balaustradas y piensa en el cartero.
1 comentario:
por que no hay notas o descripciones de este cuento
Publicar un comentario