Como un rayo de luz y de esperanza
que surca mi alma con
manitas tibias
anclada entre dos islas
compartidas
y vuelta a nacer
multiplicada.
Te beso en la distancia,
entristecida
y alegre de verme en tu mirada
se rebela la brisa
matutina
y ni el mar a
separarme alcanza.
Treinta días no son una
medida
para saber lo que mis
labios callan:
desde lejos mi canto te
acaricia
y tu recuerdo mi dolor amansa.
Como un rayo de luz y de
esperanza
que trae paz y ternura
hasta mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario