(Tomado de airamhesse.blogspot.com) |
En
el corazón de la negra flor nocturna late el tiempo. Su ritmo es ajeno a
combinaciones y hombres grises. Tiene millones de esclavos en el mundo que lo
igualan al oro y le erigen un altar a cada paso.
Debemos
buscar todos los Girolamos que aún existan. Quizás la palabra sea un conjuro más
poderoso que el tiempo. Lástima, los hacedores de cuentos escasean. Momo se
sienta en el gran anfiteatro del mundo y confía. Nos sentamos a su lado para
confiar también. Nada sabemos de este momento. Si es tiempo todavía o
espejismo.
Juntemos
en el espacio las palabras. La vida siempre hace despertar la flor del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario