El pasado domingo 2 de
octubre comenzó el nuevo año judío, del cual ya hablé en el blog el pasado año,
porque resultaban nuevas para mí las tradiciones del Rosh Hashaná (literalmente
cabeza del año), pero aunque una
parte de la comunidad judía (según investigo) se refiere a este momento como al
año nuevo en sí, hay una interpretación que lo asume e interpreta como un
proceso de transformación, aclarándome conceptos muy importantes y asumiendo
este momento no como un simple salto temporal sino como un hito filosófico del
espíritu.
Por eso cito, esperando
no ser irrespetuosa, un fragmento tomado de http://www.religionenlibertad.com
Shaná Tová uMetuká 5777
Este atardecer del 2 de
octubre de 2016 empieza el primer día del año 5777 del calendario hebreo, Rosh
Hashana que dura más de 48 horas, hasta el anochecer del martes 4 de octubre.
El calendario hebreo es
solilunar, el cristiano es solar y el musulmán es lunar.
¿Qué es Rosh
Hashaná?
La respuesta al pie de labios
es que Rosh Hashaná es el “Año Nuevo judío”, una respuesta tan prosaica como
carente de significado. Sintomática de la razón por la cual el 65% de los
judíos encuentra que no tiene sentido celebrar Rosh Hashaná asistiendo a una
sinagoga.
En casi todas las culturas humanas conocidas
existe un concepto de períodos temporales consistentes en un principio y fin.
El judaísmo, tal como lo expresa en su liturgia, entiende que la creación es un
suceso diario. Cada mañana, cada amanecer repite la primera salida del sol en
el día de la creación, eso es todo. Para el judaísmo Rosh Hashaná no es sobre
el movimiento del sol y el cambio de las estaciones, no es acerca del año, sino
que es acerca de la capacidad humana de auto-transformación.
La palabra hebrea “Shaná”
traducida como “año” es la razón por la que el saludo “Shaná Tová” es
erróneamente entendido como “Feliz Año Nuevo”. “Shaná” en realidad deriva de
una raíz en hebreo que significa a la vez “cambio” y “repetición.” “Shaná Tová,
por tanto, no se trata de un deseo de que fuerzas no humanas, tales como el
tiempo, sean buenas (o misericordiosas), sino que son palabras de aliento
pronunciadas entre seres humanos para fortalecer la determinación individual de
efectuar cambios personales para mejor. Este no es un deseo vacuo. La
celebración esta basada en la experiencia humana que testifica que se puede y
se deben hacer cambios y que también se puede volver a aprender las olvidadas
lecciones de la humanidad.
Al
celebrar Rosh Hashaná el judaísmo afirma que los seres humanos no tienen otra
opción más que la de continuar constantemente desarrollándose moral e
intelectualmente. La alternativa es la de caer en el vacío de la falta de
propósito.
Rosh
Hashaná pide a los seres humanos que exploren aquello que puede ser recreado,
qué barreras físicas, emocionales, intelectuales y espirituales deben ser
derribadas, aquello que debe ser recordado para evitar repetir los errores del
pasado.
Esto es algo que no se puede efectuar bajo la
anestesia del alcohol, la música retumbante o el comportamiento descontrolado.
De la misma manera, no se puede realizar lo que Rosh Hashaná pide utilizando
formas arcaicas y mitos que pretenden superponer el pasado judío sobre el
presente, o mediante proclamas de moda que hacen “sentirse bien” pero que por
eso no dejan de ser menos irreales.
Los
jóvenes judíos, nacidos hace apenas dos décadas atrás, entienden esto. Es por
eso que los más recientes estudios nos dicen que los jóvenes adultos judíos a
menudo se identifican resueltamente como judíos, pero ven escaso valor en las
formas del judaísmo institucional o comunal.
Y concluye con el análisis de lo que realmente significa el
Rosh Hashanah:
El
nombre original de Rosh Hashanah, tal como se encuentra en las escrituras
hebreas es Yom Hazikarón, “Día del Recuerdo.” Un recordatorio de que se debe
preguntar acerca del sentido de la vida, como así mismo un recordatorio de ante
quien esta pregunta es formulada.
Las
sinagogas no deben ser fuente de distracción, sino Batei Knéset, “casas de
reunión”, donde los judíos deben reunirse durante este Iom Hazikarón, este “Día
de Recordación,” para discutir, intercambiar notas, ser provocados por la
sabiduría acumulada de las generaciones, a fin de buscar la vida que vale la
pena ser vivida, la buena vida.
Quienes
somos realmente y por qué existimos por un tiempo limitado no es material de
exaltación religiosa sino preguntas fundamentales que Rosh Hashaná convoca a
recordar. (Rabino
Moshe Pitchon)*
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Las celebraciones para
recibir el año 5777 se han extendido hasta el martes y, durante estos días, la
costumbre impera en las familias judías, sobre todo en el aspecto culinario. En
la mesa no faltarán pan, vino, luz, la cabeza de pescado y la manzanas con
miel, además de los knishes, falafel, bohíos de verdura, pleztalej con pastrón,
entre otras comidas típicas.
Entre las comidas
tradicionales las manzanas con miel ocupan un lugar especial. Para los judíos,
son el símbolo de la dulzura que debe impregnar las acciones del año, a la vez
que inundan a las personas de la paz y la ternura indispensables para la
prosperidad y la armonía.
La luz de dos velas
simboliza el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el vino, la alegría por un
nuevo año de vida.
Según la versión que
traduce el Shaná Tová como el deseo de que se tenga un buen año, también le agregan
la palabra umetuká, a la que se atribuye el significado de “dulce”, por lo que no solo se estaría
deseando buen año, sino un buen y dulce año.
Pues deseemos a todos los seres humanos, judíos o
no, Shaná Tová Umetuká: nuestro deseo de que en este 5777 año del calendario hebreo,
seamos saludables, en nuestro camino encontremos sucesos enriquecedores,
tiernos y dulces; que la paz, la prosperidad y el amor nos abracen y
resguarden.
¡Shaná Tová Umetuká!
*El rabino Moshe Pitchon, quien reside en el sur de la Florida en los Estados Unidos es profesor de filosofía judía y literatura bíblica y director de BY un “proyecto sobre el judaísmo del siglo 21.” Sus escritos son publicados en medios alrededor del mundo en inglés, francés, español y portugués. Este e sun fragmento de uno de tres artículos sobre las Altas Fiestas.
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