viernes, 23 de septiembre de 2016

PABLO NERUDA Y 43 VERSOS EN SEPTIEMBRE




Un 23 de septiembre murió Neruda. Dicho así, a secas, puede parecer que fuera el texto de aquellos antiguos telegramas que tan bien conocimos y que muchas veces, en vez de informar, desinformaban, al carecer de signos de puntuación, conjunciones o preposiciones.
No es el caso de su muerte física, pues solo dos palabras anunciaron la desolación de la poesía y de sus lectores, sin signos de puntuación que dejaran lugar a dudas o conjunciones que pudieran unir los minúsculos fragmentos de las voces desgarradas que lloramos entonces con la huérfana sensación de que no habría un nuevo poema y que su obra infinita se extendería solo por las veces que la leyéramos o invocáramos, como al más poderoso de los conjuros de la emoción. Una emoción dispar y avasalladora, ora del singular amor a una persona o el amor general a los humanos…
Chile y América toda lloró su partida y en Isla Negra se guardó, como una preciada joya, el espíritu inefable del poeta; pero el poeta atravesó los valles y ascendió montañas, cruzó a pura palabra las aguas de los ríos impetuosos y los océanos: traspasó fronteras y se instaló, definitivamente, en esa morada eterna que es la memoria viva de los hombres.
Perdurable su verso, habitando más de 40 obras publicadas en vida y alrededor de una veintena publicadas después de su muerte (entre títulos inéditos y selecciones), ese que define su poesía como raigal y recia, sin dejar de ser popular. Siempre se cita su Veinte poemas de amor y una canción desesperada como uno de sus libros más famosos y conocidos. No sé cuántos hispanohablantes, aun los que no saben leer, puedan no haber escuchado al menos ese Puedo escribir los versos más tristes esta noche… e imaginarse, con los ojos cerrados, esas estrellas azules que tiritan allá a lo lejos, a lo lejos.
Por cada uno de esos 43 años de la pena que causa su viaje al infinito, que no por dicha se mitiga, un verso, una estrofa o una frase del poeta inmenso, tan inmenso como lo es su poesía.

(De Veinte poemas…)

1.- Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
     y en mí la noche entraba su invasión poderosa.

2.- En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
     como tú lo desees y hacia donde tú quieras.

3.- Innumerable corazón del viento
     latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

4.- Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
     Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
      Voy haciendo de todas un collar infinito
      para tus blancas manos, suaves como las uvas.

5.- Te recuerdo como eras en el último otoño.
     Eras la boina gris y el corazón en calma.
     En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
     Y las hojas caían en el agua de tu alma.

6.- Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
     Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

7.- Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
     que centellean como mi alma cuando te amo.

8.-  Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
       Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
       Ah silenciosa!

9.-  Hemos perdido aun este crepúsculo.
      Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
      mientras la noche azul caía sobre el mundo.

10.- ¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
        cuando me siento triste, y te siento lejana?

11.- Siempre, siempre te alejas en las tardes
       hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

12.- Para mi corazón basta tu pecho,
       para tu libertad bastan mis alas.

13.- Yo desperté y a veces emigran y huyen
        pájaros que dormían en tu alma.

14.- Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
       mi corazón se cierra como una flor nocturna.

15.- Poema 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


16.-  Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
       Y como yo te amo, los pinos en el viento, 
       quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

17.- Tú juegas con el sol como con un estero
       y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

18.- Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
       Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
       y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

19.- Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
       Mi alma no se contenta con haberla perdido.
       Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
       y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

20.- El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
       Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Otros poemas

21.- Desde el fondo de ti, y arrodillado,
       un niño triste, como yo, nos mira.
      
22.- Podrán cortar todas la flores
       pero no podrán detener la primavera.

23.- Yo soy el que te espera en la estrellada noche,
        sobre las playas áureas, sobre las rubias eras.

         El que cortó jacintos para tu lecho, y rosas.
         Tendido entre las hierbas yo soy el que te espera!

24.-    Mi amor se nutre de tu amor, amada,
          y mientras vivas estará en tus brazos
          sin salir de los míos.

25.- Yo cambio la primavera
        por que tú me sigas mirando.

26.- Y en un acto de amor extraordinario
        me apoderé de una celeste estrella.

27.- Entre sangre y amor cavé mis versos,
       en tierra dura establecí una rosa.

28. -Aprendí de las aves la sedienta esperanza,
       la certidumbre y la verdad del vuelo.

29.- 
 Yo sólo quiero que la luz alumbre,
         yo no pido a la noche explicaciones.

30.-  En esta duda yo no sé
        si dedicarme a meditar
        o alimentarme de claveles.

31.- El mundo es más azul y más terrestre
       de noche, cuando duermo
       enorme, adentro de tus breves manos.

33.- Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada 
       y hacia donde camines llevarás mi dolor. 

34.- Si de pronto me olvidas
       no me busques,
       que ya te habré olvidado.

35.- Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo.

36.- Y sabré acariciar las nuevas flores
        porque tú me enseñaste la ternura.

37.- Donde la primavera está naciendo,
       amor mío, te espero.

38.- Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
       en el atardecer resonante y muriendo.

39.- En la alta noche mi alma se tuerce y se destroza.

40.- Mi patria está en tus ojos,
       yo camino por ellos.

41.- Tus anchos ojos son la luz que tengo
       de las constelaciones derrotadas.

42.- Yo he regresado a ti
       desde la incertidumbre con espinas.

43.- Quiero que lo que amo siga vivo
        y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
        por eso sigue tú floreciendo, florida,

        para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
        para que se pasee mi sombra por tu pelo,
        para que así conozcan la razón de mi canto.




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