En días como estos
jugamos a encontrarnos
yo te dejo un mensaje o
un aviso
lo lees y respondes con
un beso
tal vez un gesto que
adivino
desapareces de pronto
vienes, llamas
y se acurruca entre
pecho y espalda la nostalgia
-allí donde Benedetti dice que
está el alma-
como si nada hubiera más
allá de las palabras y tu ausencia
como si acá quedara
solo esa parte mínima y
etérea del recuerdo.
Suelo buscarte en las
sombras de mis noches
como a un ave nocturna
que callada
viniera hasta el cristal
de mi ventana a susurrar caricias.
Pero amanece y el día
anuncia un sol de los que abrasa
en este hemisferio de
pasiones
dejo la soledad de mis
palabras
para seguir el juego de
encontrarnos.
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