Escribí el 12 de abril de 2012 la primera nana
dedicada a Diego. Era para despertarlo: nació once días después. Nada ocurre
por casualidad. Hoy fui a la Biblioteca Nacional para depositar los ejemplares
que estipula la ley. Dediqué los libros, me equivoqué en la fecha y puse 13 de
abril. Solo después alguien me dijo, hoy es viernes 12. Y el viernes es mi día de suerte, por Venus, el planeta regente de los Tauro. Entonces los deposité justo al cumplirse un año de que escribiera ese
poema para instarlo a despertarse. ¡Y vaya que lo logró! De tan despierto,
apenas ha dormido durante este tiempo.
Todo ocurre con un propósito. Y ese libro ha nacido con
una suerte increíble. La misma que tendrá ese hermoso y rollizo bebé de ojos que enamoran, como dice Mylena.
Por eso, como hoy cumple su aniversario, traigo de nuevo
al blog esa nana, pero ya en las páginas del libro, y con la imagen de Diego a pocas horas de nacido, estirándose... después de su largo sueño.
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