jueves, 29 de septiembre de 2016

SAN MIGUEL ARCÁNGEL: PROTECTOR DIVINO


Los seres humanos tenemos nuestros ritos, que pueden ser más o menos peculiares o ritos comunes, como las celebraciones. Eso ocurre con las fechas de fundación de las ciudades y los pueblos, los días que se destinan a loar a las divinidades, el culto a los grandes personajes de la historia o del saber o el arte y la literatura…
Los ritos son necesarios, le dice la zorra (o el zorro) al Principito. Y entonces le da su definición de rito:

Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran un día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Y entre esos días está el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel y, por extensión, de todos los arcángeles. Dentro de la Iglesia Católica Romana hay una larga tradición de venerar a San Miguel Arcángel, desde los orígenes del cristianismo hasta el día de hoy. Enseña que San Miguel tiene cuatro funciones principales: líder del Ejército de Dios, ángel de la muerte, juez que pesa las almas en una balanza perfectamente equilibrada y el guardián de la Iglesia.

Miguel quiere decir: ¿Quién como Dios?, para ilustrar que es quien se puede equiparar a Dios. Es el guerrero espiritual que defiende a la humanidad en contra del mal.

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