domingo, 31 de diciembre de 2017

DESPEDIMOS UN AÑO




Despedir un año que termina significa hacer un balance de emociones y vivencias, indispensable para proponernos nuevas metas y lanzar al universo el pedido de nuestros deseos. Decretar al espacio lo que ansiamos es transmitir nuestra esperanza de que ocurra.
Es por esa razón que todos, desde perspectivas diferentes, hagamos rituales o formulemos propósitos.
He leído acerca de nuevo año y todos son buenos pronósticos, en cuanto a prosperidad, amores y trabajo. Eso es posible que se haga realidad y será tarea de cada uno hacerlo cumplir.
Cuando repaso el año 2017 la palabra que me viene a la mente es FUERTE. En lo personal, fue un año de logros, compartí mucho tiempo con mi hija y nieto, a quienes he tenido lejos los últimos siete años, pude ver cómo mis hijos se acercaban y ayudaban, compartiendo otra vez la dichosa reunión bajo un mismo techo. Sin embargo, tuvimos momentos angustiosos por una serie de eventos mundiales que ocasionaron sufrimiento y dolor a muchas personas.
En Cuba, Puerto Rico y otras islas del Caribe, el paso de los huracanes causó graves daños y pérdida de vidas, los terremotos de México y el ocurrido en la frontera de Irán-Irak, los atentados terroristas en 22 países… y muchos hechos terribles más, azotaron a la humanidad.
Deseemos que el próximo sea mejor, brindemos porque la vida crezca en cada rincón del planeta, por la paz, la solidaridad y el amor.

Brindemos porque siempre haya una mano amiga, un oído que escuche y una palabra que consuele; porque en el mundo terminen las guerras, los niños sean felices y una sonrisa sea el bien más importante de las personas.
La esperanza crece, como los sueños y las estrellas.
¡Feliz 2018!

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