Hay nombres que asociamos a
un sentimiento o a un lugar. Yo asocio el nombre de esta escritora a la
biblioteca pública de Jaimanitas, lugar donde conocí sus libros y que
increíblemente no he vuelto a visitar, aunque he estado frente a su modesto
edificio varias veces porque, gracias a esa serpiente que es la vida, mi hija y Diego viven muy
cerca y debo pasar delante de ella casi siempre que voy hasta su casa.
Cursaba yo la secundaria y
tenía dos amigas, las jimaguas Esperanza y Milagros, hermanas del poeta Alberto
Acosta. Estudiábamos en una ESBEC (un internado en el cual alternábamos el
estudio y el trabajo) del municipio de Alquízar y salíamos de “pase” los
sábados, para regresar el domingo a la escuela. Un tiempo muy breve. No
obstante nos las arreglábamos para ir a la playa de Jaimanitas, a la biblioteca
a sacar libros que leíamos durante la semana y, en ocasiones, también íbamos
por la noche al círculo social donde tocaban las orquestas y nosotras salíamos
a la terraza, que daba justo sobre la arena, muy cerca del mar. Desde arriba
contemplábamos el mar de noche. Era una diversión sana en la cual compartíamos
con un grupo de muchachos como nosotras, de 14 y 15 años y que duró hasta mis
16.
No sé quién de nosotras
descubrió a Enyd Blyton. Había una colección completa (o al menos me lo parecía
en aquella época) de sus libros de los cinco y de los siete secretos. Los
devoramos literalmente. Era como el juego de pasar la candelita. Buscábamos
tres y cada una empezaba y luego los circulábamos. Ellas eran lectoras empedernidas
como yo. Me queda el sabor en el alma de cuánto disfruté aquellas lecturas.
Hace poco más de un año
cuando Enrique Pérez Díaz, amigo y escritor, me hizo la entrevista que publicó
en Cubarte, se sorprendió porque en aquellos días también él era asiduo de esa
biblioteca (vivía en Santa Fe) y allí leyó toda la obra existente de Enyd
Blyton.
La autora publicó ¡762! obras
para jóvenes y la mayoría fueron de aventuras, suspenso o misterio, o las tres
cosas. Aunque tiene unas series, como las de las torres de Mallory (que conocí en la biblioteca de Cienfuegos
luego) sobre la vida de estudiantes en internados y que fue la lectura
adolescente de mi otra yo, mi hija Alena, su gran fanática después de nosotras.
Demás está decir que en Cuba no se publicó. Recuerdo que la editorial Oriente
publicó una de sus novelas de los siete secretos en los años 80, creo recordar.
Estando yo en Gente Nueva traté de publicarla y no encontramos los ejemplares
para hacer la edición. De todas maneras, es un patrimonio particular de mis
lecturas adolescentes que me llenó de magia la vida.
Los críticos han sido
particularmente crueles con su obra, en todas partes y también en Cuba. Que
eran repetitivas las tramas, la estructura narrativa nada novedosa, que las
fórmulas se repetían de uno en otro libro.
Solo tengo una curiosidad que quisiera que uno de esos críticos expertos me respondiera alguna vez. ¿Qué tienen sus libros que atrapan desde la primera lectura y no nos permiten dejarla? Incluso leíamos con una linterna cuando apagaban las luces del dormitorio. ¿Cómo generaciones tan diferentes como nosotras y luego mi hija y tantas lectoras de la Sala Infantil y Juvenil de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos fueron seducidas por esas aventuras?
Solo tengo una curiosidad que quisiera que uno de esos críticos expertos me respondiera alguna vez. ¿Qué tienen sus libros que atrapan desde la primera lectura y no nos permiten dejarla? Incluso leíamos con una linterna cuando apagaban las luces del dormitorio. ¿Cómo generaciones tan diferentes como nosotras y luego mi hija y tantas lectoras de la Sala Infantil y Juvenil de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos fueron seducidas por esas aventuras?
Sus libros han sido traducidos al alemán, chino, finlandés, francés,
eslovaco, español, hebreo, holandés, japonés, malayo, portugués y sueco, entre
otros, pues se han publicado en cerca de
noventa idiomas. En el año 2007 fue, según el Index Translationum, el quinto
autor más popular del mundo, avalada por más de 3.300 traducciones de sus obras
y más de 400 millones de copias vendidas, desde el 1917 que publicó la primera.
Hoy agradezco que un 11 de agosto de 1897
naciera Enid Mary Blyton y se dedicara a escribir esas fantásticas aventuras
que han seducido a los adolescentes durante un siglo y podemos viajar en
caravana, desandar la isla misteriosa y descubrir tesoros en el cerro del
contrabandista.
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