Es 31 de diciembre y cada
año nos parece que los 365 días se acortan un poquito. La intensidad y rapidez
con la cual vivimos hace que el tiempo se nos haga más corto y los sueños se
alejen a veces un poco.
Acostumbrados a no pensar en
lo conseguido, sino en lo que nos falta por alcanzar, perseguimos la luz de las
estrellas lejanas y abandonamos las luces de las luciérnagas que merodean por
nuestras casas. Así, con solo pensar un poquito nos damos cuenta que se va el
2013 pero hemos logrado alcanzar muchos sueños. En mi caso, mi hijo Alejandro
vino a vivir conmigo (algo que parecía casi imposible); junto con el primer año
de Diego, se publicó mi libro Nanas para Diego y celebré su cumpleaños con la
presentación y un cumpleaños con niños dominicanos en la feria del libro; publiqué
mi primer libro de poesía para adultos, Mío es el tiempo y participé en el
hermoso festival Grito de Mujer, donde conocí a un excelente grupo de poetas y
amigos; pude estar en Cuba casi dos meses de mi tiempo; se graduó mi sobrina en
la universidad y tenemos una doctora en la familia; conocí a muchas y buenas
personas en el ámbito profesional y afectivo: nuevos amigos que me han llenado de
satisfacciones y cariño… creo que la lista sería interminable, pero solo esos
hechos bastan para hacerme sentir feliz con este año. Me queda la nostalgia de
mi madre, de mi Diego y la linda Esnorquita pero hasta la nostalgia, cuando es
por amor, es un dulce sentimiento.
Pude disfrutar de las
flores, de los pájaros, del aire… de esa sensación de libertad que nos hace
flotar o volar por donde queramos. Leí buenos libros, vi excelentes películas y
me reí hasta el cansancio con mis series favoritas. Escuché buena música y me emocioné con intérpretes de todos los tiempos, por lo que fue muy importante la música para mí.
Para el próximo año debo
terminar de escribir dos libros que he empezado, emprender nuevos proyectos y
cumplir los planes de, al menos, dar unas caminatas al aire libre… Sé que con
un año nuevo por delante todo es posible, si la magia del amor nos acompaña y
la esperanza anida en nuestra alma.
El año viejo se marcha con
su bolsa repleta de recuerdos y el nuevo llega ligero y alegre a iniciar el
camino. Nuestro es el tiempo. Hagamos que cada minuto y cada segundo cuente y
valga esa alegría.
Cuando entendamos que el ser humano es una criatura de amor, estaremos salvados y seremos felices. Solo entonces.
Cuando entendamos que el ser humano es una criatura de amor, estaremos salvados y seremos felices. Solo entonces.
Que la vida nos premie con
todo el amor.
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