viernes, 20 de septiembre de 2024

POR SUERTE, LA MEMORIA…


Plaza de San Francisco, Habana Vieja de noche. Con Chopin.


Hay temas sobre los que no hablo a veces para conjurarlos. Ni siquiera lo menciono, por aquello de que la palabra es el mantra más poderoso y soy, como buena trabajadora de las palabras, supersticiosa.

Pero ahora que he llegado a cierta edad, esa que consideran una tercera juventud, a veces pienso cómo serán los años futuros. Me alegra dejar algunos libros escritos, porque, aunque puedan desaparecer, estoy tratando de que permanezcan en estos caminos digitales que andan y desandan tantas personas a lo largo del tiempo.

De todas las cosas que quiero conservar, la primera es sin dudas, la memoria. Aficionada desde hace varios años a ver series y películas asiáticas (fundamentalmente coreanas, pero se ha extendido a otros países), estoy viendo una excelente serie china titulada Adiós princesa. Luego de hechos terribles, la princesa y su amado se arrojan al río del Olvido para olvidar el amor que los hace sufrir por un cruel acto de él, que no contaré para no revelar lo que ocurre, por si acaso alguno de mis lectores la quiere ver. Ella no puede perdonarlo (¿quién podría?) y se sumergen en las aguas, juntos, para dejar atrás sus sentimientos.

Y entonces pensé: ¿querría yo olvidar mi pasado o siquiera algunos hechos que me ocurrieron? Entonces me vino a la mente Diego, mi nieto de doce años, con quien tengo conversaciones muy profundas. Me preguntó él que si yo pudiera viajar al pasado qué cambiaría de mi vida. Me quedé pensando. Trataría de ser mejor con los seres queridos que se fueron de mi vida prematuramente o de forma inesperada, como mi padre y mi tía Chacha, también algunos amigos… porque si pudiera evitar sus muertes lo haría, pero creo en el destino inexorable. Lo que sí no cambiaría son los afectos que tuve, las personas que estuvieron en mi vida, mis trabajos, cada una de las experiencias que viví; no sé si por testaruda, pero creo que cada minuto vivido, triste, alegre o angustioso, ha valido la pena: me hicieron quién soy.

Así que quiero conservar mi memoria y alejar el olvido. Que el olvido siga siendo esa amenaza lejana e irreal que no encuentre el camino ni a mi mente ni a mi corazón, allí donde atesoro mis mejores recuerdos y a las personas con quienes he compartido esta vida.


jueves, 20 de junio de 2024

LUNA LLENA Y SOLSTICIO: LA MAGIA DEL UNIVERSO

Stonehenge durante el solsticio de verano.

En nuestro planeta, al igual que en todos los planetas que presentan inclinación de su eje, ocurren dos solsticios y dos equinoccios cada año. Cada uno de ellos marca el inicio de una estación, aunque en algunos lugares no estén tan marcadas las cuatro estaciones y, de hecho, alguna ni siquiera existe. Ese es el caso de las tierras más tropicales y de las más heladas, con relación al invierno las primeras y al verano las segundas.

Será el 20 de junio de 2024, a diferentes horas, según el país. Acá lo tendremos a las 4: 50 p.m., hora estándar del Atlántico. Para nosotros, el solsticio de verano; para el hemisferio sur, el solsticio de invierno. 

El solsticio de verano marca el inicio de una temporada durante la cual los días duran más que las noches, lo cual no depende de la cercanía al Sol sino a que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación norte.

En el hemisferio norte ocurrirá este 20 de abril, en el del sur, será el próximo diciembre. Esto quiere decir que, al sur del ecuador, comienza una temporada en la cual las noches son más largas y los días más cortos.

Desde la Antigüedad, los seres humanos han estado pendientes de lo que ocurre en el universo y han estudiado estos sucesos y por supuesto, los han relacionado con la vida cotidiana: las cosechas, los ciclos de la naturaleza y sus propias prácticas, religiosas o no. De hecho, el 21 de junio de cada año es celebrado el Día Internacional de la Celebración del Solsticio, ya sea de verano o invierno. 

Coincide este año la celebración del solsticio con la luna llena de junio, hecho que se repite como en 2016, con la diferencia de que en ese año ocurrió después de haber transcurrido 70 solsticios. 

A esta luna llena se le conoce como Luna de Fresa, no porque sea roja, sino porque era en esta fecha en la que los antiguos aborígenes norteamericanos y los pueblos nativos americanos que cosechaban la roja fruta.

No habrá planetas visibles a comienzos del verano en el cielo nocturno, siendo en julio que podrá verse Mercurio brevemente, luego de la puesta del sol, mientras que en agosto Venus será quien asome en el horizonte.

Antes del amanecer si podrán verse tres planetas que se harán visibles: Marte, Júpiter y Saturno. Sí podrán distinguirse grupos de estrellas brillantes en las constelaciones del Águila, del Cisne y Lira, triángulo al que se le llama triángulo del verano.

Los celtas celebraban Litha, que representaba la cosecha de cereales y adoraban a la dios del verano, Dana. Además, para ellos también significaba celebrar lo que cada quien había cosechado durante su existencia.

Las civilizaciones precolombinas desarrollaron la astronomía y en sus observaciones, rituales y organización de la sociedad, el Sol jugaba un papel fundamental, como en casi todas las culturas del mundo, lo cual es refrendado por los puntos dedicados a estos estudios en las pirámides y edificaciones de mayas, aztecas e incas. Asimismo, en Stonehenge, las piedras que forman este semicírculo están alineadas para marcar la salida y la puesta de sol durante ambos solsticios, y este monumento cuenta con unos 5 000 años de antigüedad.

Además de todo, esta luna llena de fresa ocurrirá en el signo de Capricornio, que es un signo de Tierra, lo cual es muy significativo para nuestro hemisferio, sabiendo que marca una época de cosechas.

Por todo ello, indagando por acá y por allá, sabemos que los primeros hombres idearon rituales para invocar la abundancia, la salud y la sobrevivencia, así que es un buen momento para hacer algunos rituales, como los antiguos.

Recordando que el día 24 es el Día de San Juan, asociada su celebración con el fuego purificador, muchos de esos rituales se relacionan con el fuego.

De la newsletter Glamour, tomé estos tres que tienen que ver con purificación y renovación.

Ritual de desprendimiento

Prende una vela (preferentemente que sea sin aroma), si vas a elegir alguna esencia, que sea frutal o herbal. El propósito de este ritual es desechar aquellos pensamientos y sentimientos negativos que guarde nuestro corazón para darle paso al amor y la abundancia.

Realizarlo es muy sencillo, todo lo que quieras olvidar y dejar en el pasado para empezar a sanar, escríbelo en un papel, prende una vela y quémalo. El fuego es el mejor purificador de malas energías. Al terminar deja que el viento se lleve las cenizas y que la vela se consuma por completo.

Recuerda que el fuego purifica y consume, así que medita bien sobre lo que escribes antes de arrojarlo al fuego.

Ritual de purificación

La purificación durante el solsticio de verano es un ritual esencial. Al igual que la Tierra se prepara para el nacimiento de nuevos frutos y flores, tu cuerpo también debe prepararse para recibir la energía del sol y toda la abundancia que trae consigo este equinoccio.

Para limpiar tu espíritu, realiza un baño de purificación con sales minerales y tomillo. La combinación de esta hierba protectora y el poder de estas partículas naturales, te llenarán de buena energía.

Aprovecha los granos de las sales minerales, pásalas por todo tu cuerpo y cabeza.

Ritual de renovación

Por último, para aprovechar al máximo del solsticio de verano, te recomendamos realizar un ritual de flores para renovar la energía de tu casa. Lo único que necesitarás será hacer ramos de diferentes hierbas y plantas, acomodarlas en distintos puntos de tu hogar o negocio, y dejar que su esencia se encargue de eliminar las envidias.

Los ramos de hierbas aromáticas protegerán tu entorno. Las especies más recomendadas para realizar tus ramos son: albahaca, lavanda, laurel, tomillo, ruda, copal, manzanilla y romero.

Para el hemisferio sur, que es el solsticio de invierno (esperando que excusen el hecho de haberlas tomado, aunque estoy citando la fuente), traigo una del diario Clarín, según la insigne astróloga Clara Gualano:


Quemar y honrar

A la manera vikinga, Clara Gualano sugiere reunirse con amigos o familia y salir a buscar juntos un tronco especial (o una rama) que podamos quemar en casa, en una salamandra o en un cuenco especial: “Podemos tomar ese tronco y pasarlo uno a uno para que cada quien le imprima algo que quiera quemar en honra al Sol y a la nueva temporada que se acerca. Puede ser algún sigilo, un símbolo mágico o una runa (hay sitios en internet que nos dan su significado)”.

También -dice- se pueden escribir cosas en un papel y atarlo al tronco: “Lo importante es la intención que pongamos para llamar eso en la nueva etapa. Aprovechemos el momento para tener un diálogo sincero e íntimo con quienes nos rodean acerca del momento que estamos atravesando (miedos, esperanzas, deseos)”.


jueves, 13 de junio de 2024

TALÍA INVITA A NIÑAS Y NIÑOS A LEER SUS PAPELES




Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado

Me llamo Talía y voy al segundo grado. Aprendí a leer y a escribir, pero hay palabras difíciles. Las únicas hojas que yo conozco son las de las libretas y los libros, bueno, y las de las plantas, pero hablo de las hojas donde se puede escribir. Mi mamá trae siempre del trabajo una maleta y la pone encima del escaparate para que yo no la alcance. Me dice: “Talía, tú no sabes lo que pasaría si pierdo un papel de esos. Esos papeles son muy importantes”, y cuando dice el muy, parece una vaca. No me quiero burlar de ella, es verdad que parece una vaca. Entonces un día me subí al librero y cogí la maleta de los papeles. Allí solo había hojas con cosas escritas y yo me asombré, ¿esos eran los papeles tan importantes? Aquella vez yo estaba en primer grado y no sabía leer de corrido, por eso me quedé sin saber qué decía allí. Pero sí aprendí algo: las personas mayores escriben en los papeles las cosas importantes para ellos y si uno quieren que entiendan, hay que escribirles papeles. Por eso empecé a escribir los míos. Ahora los leo otra vez y quiero que los lean Ana Carla, Aiara, Camila, Betsy, y todas las niñas que quieran leerlos. Los niños también pueden, si quieren.

PAPEL DE AMIGA, PAPEL MOJADO, PAPEL DE LA NIÑA DE OJOS AZULES, PAPEL DE MAMÁ y PAPEL DEL ZOOLÓGICO, son los papeles que hallarán los lectores dentro de este pequeño libro que nos hace aprender a mirar y entender mejor la infancia sin dejar de sonreír.

Mirtha González Gutiérrez, narradora y poetisa. La mayor parte de sus obras están dedicadas a la infancia y la adolescencia. Sus cualidades la llevaron a dirigir por varios años la Editorial Gente Nueva y más tarde, en 2007, a dirigir por varios años La Cámara Cubana del Libro.


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