jueves, 23 de junio de 2016

LA NOCHE DE SAN JUAN Y EL UNIVERSO



Cuando evoco la noche de San Juan la asocio al olor de la albahaca, la yerbabuena y el romero; al muérdago, las velas de olor y los deseos… y, sobre todo, con mi madre y las tradiciones que guarda con ella desde su más temprana juventud, rituales que heredara de su madre y otros familiares que practicábamos mis hermanas y yo desde jóvenes.
La celebración de la Noche de San Juan se hace por diferentes razones en los países o ciudades que la realizan. Unos la asumen como una festividad en honor a San Juan Bautista (el 24 de junio) y otros la consideran una efemérides asociada al solsticio de verano que ocurre entre el 22 y el 23 de junio.
Lo cierto es que algunos entienden que la noche de San Juan es la del 23 al 24 de junio, otros del 24 al 25 y un grupo que celebra las dos noches.
Es comúnmente aceptado que el 24 de junio es el día de San Juan el Bautista, cuyo nacimiento ocurrió en una fecha muy cercana al solsticio (de invierno para el hemisferio sur y de verano para el hemisferio norte), lo que hace que en este dia confluyan energías planetarias muy poderosas.
«San Lucas narra en su Evangelio, que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando esta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento de San Juan el Bautista, que en realidad no debería festejarse porque el dies natalis de los santos siempre fue el de la muerte. En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de que su mujer, Isabel, estuviera encinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel.
Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, y de purificacion, sin abandonar por eso su aura mágica y pagana».
Hay ciudades del planeta que se caracterizan por su celebración de la noche y hasta la literatura llegó bajo el disfraz de esa simpática y genial Una noche de San Juan bastante loca, de Tove Janson.
Pero como toda auténtica celebración popular tiene sus propios cánones y símbolos, desde esa génesis generalmente aceptada, a esta festividad la caracterizan los elementos de la vida (excepto el aire, que de todas maneras está presente): el fuego, el agua y la tierra, esta última representada por las plantas.

EL FUEGO
«El fuego es uno de los tres símbolos en que se basan los rituales ancestrales de esta noche. Es el elemento purificador que nos libera de la mala suerte y por eso se le alimenta lanzándole muebles viejos, o con la costumbre de escribir en un papel la lista de todo lo que queremos dejar atrás en nuestras vidas y quemarlo en esa hoguera.
Fogatas y ritos relacionados con el elemento se inician la víspera de este día para festejar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.  La leyenda dice que las cenizas de la hoguera curan enfermedades. La costumbre proviene de antiguos cultos paganos que pretenden alejar los malos espíritus, pero también está relacionada con la prevención de epidemias por el poder antiséptico que posee el fuego.

EL AGUA
El agua es el segundo símbolo de San Juan. Simboliza fertilidad y pureza. Se considera que a partir de las doce de esta noche el agua es milagrosa, cura enfermedades y proporciona la felicidad.
Los ritos de las nueve olas, recoger la flor del agua o bañarse denudos en el rocío de los campos buscan efectos mágicos para encontrar pareja o tener hijos.

LA TIERRA (hierbas) 
Las hierbas son el tercer elemento mágico. Se cree que las plantas quintuplican sus propiedades curativas en esta noche y algunas, como el tomillo, el romero o la misma de San Juan se recogen para realizar remedios
Es costumbre que a partir de la medianoche se salga a los campos para recoger hierbas medicinales y luego se cuelguen en las ventanas de las casas para recibir la bendición de San Juan.
Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival, y su principal significado era el de celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer en el Solsticio de Invierno.
Para conmemorar y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos, se encendían grandes hogueras».

También dicen que lavarse el cabello o bañarse con agua de manantial en la medianoche da suerte y aleja las malas energías. Lo cierto es que estando tan cerca el solsticio del verano estamos rodeados de la fuerte energía de los astros.

Recordemos siempre que somos uno con el universo: que su manto nos cobija y arropa y es un manto de luz y energía vital que debemos aprovechar para fundir nuestros espíritus con el alma de Gaia, la madre Tierra, poniendo a su servicio el agua y el fuego de nuestros corazones.




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