¿Será posible que haya una isla solo habitada por pájaros? Pelícanos, cotorras, tijeretas, gaviotas...
Cuando la maestra dijo que ese fin de semana irían de
excursión a Los Haitises, Talía y Lili no podían creerlo. ¡Podrían conocer a un
solenodonte, a una jutía, ver a un manatí y reírse de la conversación de un
montón de cotorras!
—Y veremos pelícanos y flamencos —exclamó Carlos Alberto.
—Y veremos pelícanos y flamencos —exclamó Carlos Alberto.
Buscaron en el libro y le preguntaron a la maestra
cómo se llamaba esa roca enorme en medio del mar, que se veía verde por los
árboles.
—Ese es el Cayo de los Pájaros —les respondió ella.
—¡Fuiiiiiiiii! —silbó Diego, mientras los demás se
quedaban con la boca abierta—: ¿Hay un cayo solo de los pájaros?
Entonces aprendieron que se llama así porque todo
el tiempo los pájaros vuelan por encima de ese islote, sobre todo los
pelícanos. Y aunque en Los Haitises hay
manglares, árboles grandes como los copeys, higueras o almendros y muchas
especies de aves, tortugas marinas y ¡hasta lechuzas!, la mayor
cantidad de especies son de pájaros.
Ella sonrió
al ver a las niñas y los niños alborotados, enseñándose unos a otros las
láminas del parque, preguntando por los animales.
—¡Aquí se
ven delfines! ¡Y un manatí!
La maestra
les dijo que el manatí y el solenodonte están en peligro de extinción, lo que
quiere decir que ya quedan pocos, que están amenazados con desaparecer, por la caza de los hombres. Les habló sobre las cuevas donde hay pinturas
de los taínos, como en las cuevas de la Reyna y de la Línea.
—Maestra, ¿podremos entrar a
una cueva? —preguntó Sofía.
Claro,
respondieron a coro. Y Diego dijo que en ellas no solo vivieron los taínos,
sino que se escondían los piratas, cuando navegaban por el Mar Caribe. Maribí, que es una miedosa, empezó a temblar:
—¡Qué miedo! ¿Y si nos secuestran los piratas? Como ese fantasma que sale en Los piratas del Caribe, la película, que tiene una barba como un pulpo?
Los otros amigos se rieron de ella, pero la maestra les pidió silencio.
Les preguntó entonces si sabían por qué habían declarado Los Haitises como
Parque Nacional. La respuesta de Yasmín era la de todos:
—Porque
debemos cuidar la vida, maestra. La de las personas, las plantas y los
animales.
Y el burlón
de Luis le puso en la cabeza un pelícano de papel que había recortado, mientras salía caminando moviendo los brazos como si él mismo fuera un pelícano...bueno, en realidad una gaviota, que son las que planean con sus alas cuando vuelan sobre el mar.
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