Plaza de San Francisco, Habana Vieja de noche. Con Chopin. |
Hay temas sobre los que no hablo a veces para conjurarlos. Ni siquiera lo menciono, por aquello de que la palabra es el mantra más poderoso y soy, como buena trabajadora de las palabras, supersticiosa.
Pero ahora que he llegado a cierta edad, esa que consideran una tercera juventud, a veces pienso cómo serán los años futuros. Me alegra dejar algunos libros escritos, porque, aunque puedan desaparecer, estoy tratando de que permanezcan en estos caminos digitales que andan y desandan tantas personas a lo largo del tiempo.
De todas las cosas que quiero conservar, la primera es sin dudas, la memoria. Aficionada desde hace varios años a ver series y películas asiáticas (fundamentalmente coreanas, pero se ha extendido a otros países), estoy viendo una excelente serie china titulada Adiós princesa. Luego de hechos terribles, la princesa y su amado se arrojan al río del Olvido para olvidar el amor que los hace sufrir por un cruel acto de él, que no contaré para no revelar lo que ocurre, por si acaso alguno de mis lectores la quiere ver. Ella no puede perdonarlo (¿quién podría?) y se sumergen en las aguas, juntos, para dejar atrás sus sentimientos.
Y entonces pensé: ¿querría yo olvidar mi pasado o siquiera algunos hechos que me ocurrieron? Entonces me vino a la mente Diego, mi nieto de doce años, con quien tengo conversaciones muy profundas. Me preguntó él que si yo pudiera viajar al pasado qué cambiaría de mi vida. Me quedé pensando. Trataría de ser mejor con los seres queridos que se fueron de mi vida prematuramente o de forma inesperada, como mi padre y mi tía Chacha, también algunos amigos… porque si pudiera evitar sus muertes lo haría, pero creo en el destino inexorable. Lo que sí no cambiaría son los afectos que tuve, las personas que estuvieron en mi vida, mis trabajos, cada una de las experiencias que viví; no sé si por testaruda, pero creo que cada minuto vivido, triste, alegre o angustioso, ha valido la pena: me hicieron quién soy.
Así que quiero conservar mi memoria y alejar el olvido. Que el olvido siga siendo esa amenaza lejana e irreal que no encuentre el camino ni a mi mente ni a mi corazón, allí donde atesoro mis mejores recuerdos y a las personas con quienes he compartido esta vida.