sábado, 2 de enero de 2021

DESIDERATA MÍNIMA PARA EL ACTO MÁXIMO DE VIVIR UN NUEVO AÑO (Por Manuel Calviño)

Desiderata enviada por el profesor Calviño siempre vigente

 


Desear es querer, es soñar. Es también tener esperanza. Es mirar desde 
el bienestar posible, y la felicidad merecida. Es crear, favorecer, 
construir. Desear es amar, sentir profunda y comprometidamente. Por 
eso deseo…

Que el alma cubana sea más cubana, en su universalidad y su 
insularidad. Sea el cultivo de los valores, de lo autóctono, la 
inteligencia vital del desarrollo, el combustible de la producción 
cultural nacional, la energía que mueve en Cuba las aspiraciones y 
realizaciones de todos y cada uno de nosotros.

Que la luz de lo hecho no se empañe, ni ciegue. Avancemos lo posible 
(y un poco más) desterrando lo obsolescente, abriendo caminos 
creativos, plurales, diversos, pero siempre compartidos. La cultura de 
la vida sembrando cada día en la tierra fértil del porvenir. El 
trabajo ha de hacer la cosecha.

Que nadie viva en la abundancia de lo superfluo, mientras otros viven 
en la falta de lo básico. Que no existan ni ricos ni pobres, sino 
cubanos y cubanas que extienden sus beneficios a los menos 
beneficiados y hacen de la solidaridad un principio de justicia 
humana. Sea la distribución de las riquezas, y no su acumulación, un 
principio ético de cada ciudadano de nuestro país.

Que las distancias sociales, que avanzan peligrosamente, sean las 
mínimas posibles, y no alcancen nunca el límite en el que convocan a 
la exclusión y a la desintegración de la sociedad, a la pobreza 
(económica y espiritual) y a la baja autoestima, a la envidia y al 
odio. La diversidad es riqueza, es una potencia cultural que la 
historia nos regaló a fuer de conquistas y reivindicaciones.

Que nadie confunda responsabilidad con poder, posición con privilegio, 
status con impunidad, gobierno con decisión unilateral, deseo con 
obligación. Los de arriba no son sino los de abajo, y estos los de al 
lado, porque la dimensión de lo justo no es vertical, sino horizontal.

Que los disfraces de moda no acaben por desvanecer los trajes 
auténticos de la humildad, la simplicidad. Y el culto al tener, sea 
remplazado día a día por el apostolado de ser una buena persona. Estar 
es siempre condicional. Ser es siempre incondicional.

Que nos acerquemos mucho más en lazos humanos, que en redes sociales. 
Y nos miremos, nos hablemos, nos abracemos llenos de afecto y buenas 
vibraciones, para que los avances tecnológicos no roboticen nuestras 
emociones y nuestras formas de expresarlas libremente, y sí sean 
puentes que superan las largas distancias y faciliten las 
intencionalidades más virtuosas.

Que la malsanidad, la vanidad y la egolatría no ganen adeptos. La 
complicidad con lo que engañosamente brilla no solo es mediocridad, 
sino una degradación que desvirtúa el sentido humano de la existencia. 
Nadie es mejor que cuando es bueno para todas y todos. Y ser bueno es 
algo que podemos con solo quererlo.

Que nos movamos en la dirección de la felicidad- esa meta que por 
momentos se aleja, y luego se vuelve a acercar, para que la sigamos 
buscando siempre. La prosperidad no es un fin, es un modo de vivir 
para alcanzar la paz, la buenaventura, ese mejor mundo posible que nos 
pide acercarnos y no alejarnos.

Que seamos capaces de unirnos en una visión de futuro, compartida, 
construida entre todos y todas, y que tengamos la fuerza y el empeño 
para avanzarla hasta allí donde ya sea una nueva visión de los que 
vienen un poco después. Que soñemos una Cuba mejor. Que queramos esa 
Cuba mejor. Que seamos capaces de luchar juntos por esa Cuba mejor.

Desear es hacer. Hagámoslo. Vale la pena




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente texto, explícito abarcado, ojalá sea leído por todos los cubanos de abajo hasta arriba y de arriba hasta abajo, la esencia es lograr conquistar el ser un ser humano.

La noche en el bolsillo dijo...

Me alegra que haya resultado útil.

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