Porque la luz se convirtió en destellos
de la muerte y la sombra mensajeros
porque esta noche las ondas del sonido
quebraron los oídos con sus balas
porque el balón se perdió bajo el estruendo
y anotaron un gol contra la vida.
¿Por qué dejó de ser Paris la fiesta aquella
de poetas y pintores surrealistas
la ciudad del amor
la torre al infinito de la liberté, egalité , humanité?
Porque la noche estalla en cometas de fuego
que incendian los arcos de la calma
porque se siente un nudo en la garganta
que baja despacio hasta la sangre
con las penas vibrando en cada grito.
París, que por ti doblen las campanas de la muerte
es un aviso
la guerra declarada a la inocencia
el asedio del odio
la amenaza de hacer volar la luz en mil pedazos.
Te digo, París, que como cierta España un día
como hiciste también en otros tiempos
debes buscar la fuerza y sacudirte la férula que busca
atenazar la garganta del amor.
El caos y el terror no son humanos
confía en el poder inmarcesible de los justos.
Casi amanece.
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