jueves, 29 de septiembre de 2016

DON MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA: O SIMPLEMENTE, DON QUIJOTE






Debe haber sido por nacer el 29 de septiembre que nombraron así a Miguel de Cervantes y Saavedra, nacido en Alcalá de Henares en el año de 1547 y bautizado el 9 de octubre en la parroquia de Santa María la Mayor.
Desde muy temprano conoció las precariedades, en una familia de siete hijos que subsistía a duras penas y en la que el padre ejercía como barbero cirujano. No obstante, se preocupó por darle a sus hijos educación. Miguel asistió a un colegio de jesuitas en Córdoba, ciudad adonde llegó la familia luego de salir de Alcalá y de Valladolid. Incluso dos de sus hermanas sabían leer, lo que se dice no era común en la época. Sus biógrafos no han podido establecer con certeza que haya asistido a la universidad, aunque aparecen referencias de que Juan López de Hoyos habló de él llamándolo caro y amado alumno, mientras que otros aseguran que era profesor en la escuela de López de Hoyos.
Muy joven asistía  a las representaciones de teatro de Lope de Rueda, lo que debe haber influido decisivamente en la escritura de comedias, a la usanza de aquellos tiempos.
Nunca le abandonaron las necesidades. Se enroló en el ejército, en los dominios españoles en Italia como un medio para mejorar económicamente; en 1571 participó en la batalla de Lepanto, donde las heridas sufridas le inutilizaron la mano izquierda, valiéndole el sobrenombre de el Manco de Lepanto. Fue asaltado su navío cuando regresaba a España y mantenido preso en Argel hasta que su madre logró reunir la mayor parte de la suma que exigían por su libertad y que terminaron de reunir los monjes. A sus 33 años había pasado los diez últimos entre la guerra y la prisión.
A los 37 años publica La Galatea y contrae matrimonio. Ya tenía una hija natural con una mujer casada, Isabel. Le pagan una suma considerable por su manuscrito, hecho que lo hace pensar en dedicarse a escribir. Escribe comedias, de las cuales solo llegan a conocerse alrededor de nueve, a pesar de que se dice que escribió cerca de veinte. La comedia de la confusión y Tratado de Constantinopla y muerte de Selim, se representan, aunque no se destacaron, porque la escena pertenecía por completo a Lope de Vega. Abandona la comedia, la cual retomará nuevamente al final de su vida e inicia otra fecunda etapa de creación que se corona con la publicación, a los 58 años de edad, de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, sigue viviendo entre penurias y estrecheces, a tal punto que quienes conocían su magistral novela dudan de que su autor pueda tener necesidades materiales.
Publicó el Quijote en 1605, las Novelas ejemplares en 1613 y el Viaje al Parnaso, en 1614. A estos le siguieron Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615), acabó la segunda parte del Quijote, que fue publicada ese mismo año, diez años después de la primera.
Para entonces, Don Quijote y Sancho Panza ya eran conocidos y su autor era el creador de la novela moderna, iniciando una nueva era en la historia de la literatura española y universal.
Un día como hoy nació Cervantes y la literatura se engrandeció con uno de los personajes más emblemáticos de todos los tiempos.


SAN MIGUEL ARCÁNGEL: PROTECTOR DIVINO


Los seres humanos tenemos nuestros ritos, que pueden ser más o menos peculiares o ritos comunes, como las celebraciones. Eso ocurre con las fechas de fundación de las ciudades y los pueblos, los días que se destinan a loar a las divinidades, el culto a los grandes personajes de la historia o del saber o el arte y la literatura…
Los ritos son necesarios, le dice la zorra (o el zorro) al Principito. Y entonces le da su definición de rito:

Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran un día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Y entre esos días está el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel y, por extensión, de todos los arcángeles. Dentro de la Iglesia Católica Romana hay una larga tradición de venerar a San Miguel Arcángel, desde los orígenes del cristianismo hasta el día de hoy. Enseña que San Miguel tiene cuatro funciones principales: líder del Ejército de Dios, ángel de la muerte, juez que pesa las almas en una balanza perfectamente equilibrada y el guardián de la Iglesia.

Miguel quiere decir: ¿Quién como Dios?, para ilustrar que es quien se puede equiparar a Dios. Es el guerrero espiritual que defiende a la humanidad en contra del mal.

viernes, 23 de septiembre de 2016

PABLO NERUDA Y 43 VERSOS EN SEPTIEMBRE




Un 23 de septiembre murió Neruda. Dicho así, a secas, puede parecer que fuera el texto de aquellos antiguos telegramas que tan bien conocimos y que muchas veces, en vez de informar, desinformaban, al carecer de signos de puntuación, conjunciones o preposiciones.
No es el caso de su muerte física, pues solo dos palabras anunciaron la desolación de la poesía y de sus lectores, sin signos de puntuación que dejaran lugar a dudas o conjunciones que pudieran unir los minúsculos fragmentos de las voces desgarradas que lloramos entonces con la huérfana sensación de que no habría un nuevo poema y que su obra infinita se extendería solo por las veces que la leyéramos o invocáramos, como al más poderoso de los conjuros de la emoción. Una emoción dispar y avasalladora, ora del singular amor a una persona o el amor general a los humanos…
Chile y América toda lloró su partida y en Isla Negra se guardó, como una preciada joya, el espíritu inefable del poeta; pero el poeta atravesó los valles y ascendió montañas, cruzó a pura palabra las aguas de los ríos impetuosos y los océanos: traspasó fronteras y se instaló, definitivamente, en esa morada eterna que es la memoria viva de los hombres.
Perdurable su verso, habitando más de 40 obras publicadas en vida y alrededor de una veintena publicadas después de su muerte (entre títulos inéditos y selecciones), ese que define su poesía como raigal y recia, sin dejar de ser popular. Siempre se cita su Veinte poemas de amor y una canción desesperada como uno de sus libros más famosos y conocidos. No sé cuántos hispanohablantes, aun los que no saben leer, puedan no haber escuchado al menos ese Puedo escribir los versos más tristes esta noche… e imaginarse, con los ojos cerrados, esas estrellas azules que tiritan allá a lo lejos, a lo lejos.
Por cada uno de esos 43 años de la pena que causa su viaje al infinito, que no por dicha se mitiga, un verso, una estrofa o una frase del poeta inmenso, tan inmenso como lo es su poesía.

(De Veinte poemas…)

1.- Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
     y en mí la noche entraba su invasión poderosa.

2.- En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye
     como tú lo desees y hacia donde tú quieras.

3.- Innumerable corazón del viento
     latiendo sobre nuestro silencio enamorado.

4.- Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
     Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
      Voy haciendo de todas un collar infinito
      para tus blancas manos, suaves como las uvas.

5.- Te recuerdo como eras en el último otoño.
     Eras la boina gris y el corazón en calma.
     En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
     Y las hojas caían en el agua de tu alma.

6.- Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
     Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

7.- Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
     que centellean como mi alma cuando te amo.

8.-  Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
       Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
       Ah silenciosa!

9.-  Hemos perdido aun este crepúsculo.
      Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
      mientras la noche azul caía sobre el mundo.

10.- ¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
        cuando me siento triste, y te siento lejana?

11.- Siempre, siempre te alejas en las tardes
       hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

12.- Para mi corazón basta tu pecho,
       para tu libertad bastan mis alas.

13.- Yo desperté y a veces emigran y huyen
        pájaros que dormían en tu alma.

14.- Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
       mi corazón se cierra como una flor nocturna.

15.- Poema 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


16.-  Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
       Y como yo te amo, los pinos en el viento, 
       quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

17.- Tú juegas con el sol como con un estero
       y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

18.- Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
       Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
       y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

19.- Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
       Mi alma no se contenta con haberla perdido.
       Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
       y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

20.- El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
       Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Otros poemas

21.- Desde el fondo de ti, y arrodillado,
       un niño triste, como yo, nos mira.
      
22.- Podrán cortar todas la flores
       pero no podrán detener la primavera.

23.- Yo soy el que te espera en la estrellada noche,
        sobre las playas áureas, sobre las rubias eras.

         El que cortó jacintos para tu lecho, y rosas.
         Tendido entre las hierbas yo soy el que te espera!

24.-    Mi amor se nutre de tu amor, amada,
          y mientras vivas estará en tus brazos
          sin salir de los míos.

25.- Yo cambio la primavera
        por que tú me sigas mirando.

26.- Y en un acto de amor extraordinario
        me apoderé de una celeste estrella.

27.- Entre sangre y amor cavé mis versos,
       en tierra dura establecí una rosa.

28. -Aprendí de las aves la sedienta esperanza,
       la certidumbre y la verdad del vuelo.

29.- 
 Yo sólo quiero que la luz alumbre,
         yo no pido a la noche explicaciones.

30.-  En esta duda yo no sé
        si dedicarme a meditar
        o alimentarme de claveles.

31.- El mundo es más azul y más terrestre
       de noche, cuando duermo
       enorme, adentro de tus breves manos.

33.- Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada 
       y hacia donde camines llevarás mi dolor. 

34.- Si de pronto me olvidas
       no me busques,
       que ya te habré olvidado.

35.- Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo.

36.- Y sabré acariciar las nuevas flores
        porque tú me enseñaste la ternura.

37.- Donde la primavera está naciendo,
       amor mío, te espero.

38.- Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
       en el atardecer resonante y muriendo.

39.- En la alta noche mi alma se tuerce y se destroza.

40.- Mi patria está en tus ojos,
       yo camino por ellos.

41.- Tus anchos ojos son la luz que tengo
       de las constelaciones derrotadas.

42.- Yo he regresado a ti
       desde la incertidumbre con espinas.

43.- Quiero que lo que amo siga vivo
        y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
        por eso sigue tú floreciendo, florida,

        para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
        para que se pasee mi sombra por tu pelo,
        para que así conozcan la razón de mi canto.




ALBERTO YÁÑEZ: UN VIAJE HACIA LA VIDA (O MUCHA VIDA PARA POCA BARRABASADA)








Si un día dulcemente
de pronto me perdiera
tal vez quede mi rastro
           en las estrellas.
(JM)

Conocí a Albertico Yáñez en el Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios del año 83. Ese día anunciaban distinciones especiales para las diez mejores obras premiadas a lo largo de aquellos encuentros y, por supuesto, él estuvo con su Cuentan que Penélope. Salió casi corriendo por la alfombra del salón de actos del Hotel Nacional, tropezó, soltó una carcajada de las suyas y todos sentimos la vitalidad que transpiraba, su alegría y aquella hilarante virtud del disparate evocada por el poeta y que fue, junto a la imaginación desbordada, señales inconfundibles de su personalidad creadora. Luego coincidimos varias veces, y a pesar de ser casi de la misma edad, solo un poco mayor (revelación que jamás me perdonaría) lo reverenciaba con el respeto que inspira solo el talento. Tuve que llegar a la editorial Gente Nueva para conocerlo más y aprender a quererlo, como se ama algo tierno y tormentoso, pero indispensable siempre.
Si algo marca su vida es la genialidad y la entrega que ponía en todo cuanto hacía: él fue el diseñador del afiche azul con el cofre de libros que identificó al Pabellón Infantil en la feria del 2000 y ese nombre, Tesoro de Papel, es su idea, aunque nunca lo dijo, y también es suya la letra de la canción escrita como un himno a la fantasía eterna. Nunca pregonó ningún reconocimiento, aunque le brillaban más aún aquellos ojos luminosos cuando hablaba del Premio de la Crítica, su gran satisfacción.
Estuvo con nosotros, sentado en el piso de la editorial, discutiendo los desvaríos de Una merienda de locos, que celebramos rodeados de una hermosa exposición sobre la historia del libro, escrita y dibujada por él. Se apasionaba, gritaba, nos apretaba de una manera que no faltó alguien a quien le dejara marcas o huesos medio dislocados, pero de pronto se ponía serio: había encontrado dentro de su portentosa imaginación, la idea que faltaba. Nos diseñó el stand de Gente Nueva para la feria del 2003 y festejamos el premio al mejor Stand Cubano con entusiasmo de chiquillos. En mi última feria en la editorial, en el 2007, me pidió que lo recogiera en su casa el mismo día de la inauguración, porque los otros diseñadores no habían podido terminar, y se armó de tijeras, pinceles y cartulina para al final ambientarnos sobria, pero dignamente el stand. Después se fue de gira, a presentar en Pinar del Río su Dienteleche La perdida por la ganada o el cambio del niño por la vaca y reapareció en marzo.
Todo en él era grandilocuente, universal, tremendo. Nunca estuvo en el equilibrio de la balanza, sino por encima de ella.
Jaranero, soez a veces, pero con gracia criolla, sentía un amor ilimitado por la patria, y por la revolución. Las únicas ocasiones en las que lo pude ver irritado, casi furioso, era cuando comentábamos la deslealtad de quienes se vendían por un poco de confort y se desdecían de su discurso anterior, probadamente hipócrita y oportunista.
Amante eterno de la belleza le rendía culto en cualquier manifestación de la cultura: el cine, la plástica, el teatro y era un melómano increíble. Juntos escuchábamos una y otra vez esa música de siempre de Gardel, Los Cinco Latinos, Alberto Cortés, Lola Flores y tantos más. Coleccionaba fotos y afiches de Marilyn Monroe y su dirección de correo electrónico era otra manera de rendirle homenaje. 
Nos puso la editorial de cabeza cuando le pedimos que nos entregara una historia breve y se apareció con Poco libro para tanta barrabasada, que es el único minilibro publicado con más de cien páginas en esa colección. Después de infinitas sesiones en casa de Janet, donde esperaban el amanecer con un revoltijo de hojas y tazas de café, repitiendo las ilustraciones que María Elena le devolvía, cambiábamos la fecha de entrega del libro, porque de pronto las últimas planas tenían un error y reescribía fragmentos y se perdía en el diccionario buscando la palabra apropiada porque, como grande que es, siempre estaba inconforme.
Quien lo conozca sabe que de pronto se esfumaba, como en un acto de magia, y sus amigos nos llamábamos para averiguar por dónde andaba, qué estaba haciendo, y  de pronto aparecía y estaba una semana completa yendo todos los días a la editorial, compartiendo el almuerzo y las lecturas, opinando siempre con una claridad y profundidad que desconcertaba a los menos entendidos y que otros aplaudíamos.
Nunca escribió directamente en la computadora: solo la usaba para recibir y enviar mensajes a las amistades que tenía en todo el mundo. Recién ahora me entero que había traído una de Río de Janeiro, no obstante, seguía yendo a la sala de navegación del Centro Loynaz. 
Estuvo en mi oficina a finales de agosto y hablamos de su viaje a Brasil. Coincidimos Coyra, él y yo y fue una fortuna. Le enseñé las fotos del último cumpleaños que le celebramos en Gente Nueva y yo prometí que las imprimiría. 
El 7 de septiembre estuvo a felicitar a mi hija por su cumpleaños y habíamos salido, pero luego hablamos por teléfono. Se había empapado bajo la lluvia y mami le hizo un café fuerte para que entrara en calor. No imaginé que el día en el cual me anunciaron por la extensión de la pizarra “Aquí está Alberto, de la UNEAC”, iba a ser la última vez que lo vería vivo. Tenía que ser suya esa manera de anunciarse, tan ambigua, porque pienso que si él se sabía talentoso y brillante, no lo demostraba, aunque alardeara para mantenerse en ese estado permanente e indefinido de niño que aparenta ir de broma siempre pero guarda un corazón grande que es refugio y consuelo ante la tristeza o el dolor ajeno. Vivió para ser la alegría de otros y ocultaba su propia soledad detrás de una sonrisa. 
Ayer estuvimos hablando Janet y yo de la novela que escribía y que ella transcribió. Reímos cuando me contó que él la había llamado y le confesó que todavía le faltaban algunos capítulos, incluir a Napoleón y los hititas… algo tan suyo eso de enredar las historias, invertir textos en las páginas o pegar en su puerta un recorte de periódico y salir corriendo pero desandar el mundo y regresar a su tierra, donde le esperaba su hermana, los amigos y sus perros.
Ya no me anunciarás más tu llegada, ni escucharé los disparatados mensajes en la contestadora, pero si veo un bolotruco ante mi puerta, escucho una carcajada sin dueño en medio de la noche o pienso en ti, sabré que estás a mi lado y al lado de todos los que en este momento de tristeza en la amada isla que compartimos, sufren sus pérdidas y necesitan de tu espíritu alegre y joven para continuar el viaje interminable hacia la vida.
(Mirtha González) Publicado en La Jiribilla en septiembre de 2008) 
Las fotos pertenecen a su cumple del año 2006, en diciembre. En el 2007 estuvo fuera de Cuba, en Brasil. Este día lo celebramos en la editorial Gente Nueva con un grupo de escritores y los trabajadores de allí.



jueves, 22 de septiembre de 2016

RITUALES DEL OTOÑO PARA LOS CELTAS


Tomada del blog CosasdeMeigas


Cada estación del año, cada símbolo, me devuelve a los celtas y sus bosques encantados. Algo de celta ha de haber en mis ancestros, querida Erin y algún día tendré que conocer a la isla esmeralda, por donde desandaron los druidas, esos que oficiaban las ceremonias para despedir el verano, agradecer las cosechas y recibir el otoño, requiriendo la bendición de la Diosa Epona para los frutos sembrados. 
En Galicia celebran la fiesta celta de Mabon y he tomado del Blog Cosas de Meiga, los preparativos del altar y uno de los rituales a la diosa. Esta fiesta es la dedicada a la Diosa de los bosques: Epona.
( https://blog.cosasdemeiga.com/category/ritual-de-los-solsticios-y-equinocios/)

Cuenta la tradición celta que ella está convocada desde nuestro nacimiento para, si se lo pedimos, protegernos de los enemigos, rechazando el daño que nos envían. Esta es su fiesta y es el momento de acercarse a ella para solicitar su protección y su ayuda.

Si lo haces, si como manda la tradición, te acercas a ella en estos días, quedaras tú y los tuyos protegido de todo mal.
Epona, por su vinculación con la tierra, es también la Diosa de la que depende todo lo material y este es el momento propicio para que la economía y el trabajo mejoren y te aseguro que si acudes a ella en este tiempo, así será.
Para celebrar la fiesta del Equinoccio de Otoño y conseguir de Epona, que nunca falte lo esencial en nuestros hogares y asegurarnos su protección, siguiendo las enseñanzas de los druidas has de colocar en algún lugar de la casa un pequeño altar.




Es muy completo, pero simplemente, alguna vela del color del otoño, amarilla, naranja, marrón, blanca o verde, un par de manzanas, una copa de vino y unas cuantas hojas secas son suficientes para que la Diosa Epona sepa que la reconoces y que quieres que ella te cuide, cuide de tu hogar y de los tuyos.
Pero aclara que se puede hacer completo y enumera los materiales que has de usar y cómo usarlos.
NECESITAS
Hojas de árboles camelios, pinos, cerezos, manzanos, ciruelos…
Velas blanca, amarilla, marrón, verde,….
Un cáliz o una copa con vino
Manzanas
Piedras pequeñas, cantos rodados
Un recipiente con hojas de laurel y café, rociadas con alcohol
Un recipiente con un carbón en brasa
Incienso
Cerillas de madera.

Colócalo todo a tu manera. Primero las hojas y las piedras simulando sus bosques, los lugares por donde ella transita. Luego las velas, la copa, los quemadores…
Tienes varios días para hacer este ritual, pero recuerda que el dia 22 es el inicio del Equinoccio.
Prende primero todas las velas. Echa una pizca de incienso al carbón en brasa como ofrenda a la diosa.
Prende con la cerilla de madera el laurel y el café, que simbolizan todo lo material
Y cuando el fuego este prendido y el humo del incienso ascienda debes decir el conjuro celta de Epona

“Contigo, nos será permitido conseguir lo necesario
Cada día en que invoquemos tu nombre, Epona.
Buscaremos tu sonrisa en la niebla.
Tu mirada en la lluvia.
Tus huellas en los caminos de los bosques,
Buscaremos tu voz llamando a la manada
Y como antaño aguardaremos que las ramas desnudas
Vuelvan a rebrotar.
Mientras, danos tu antigua fuerza
Y cobijanos bajo el arco de los cielos”.

Si tienes la posibilidad de dejar ese altar sin recoger durante siete días es, apaga las velas y cada día prendelas un rato. Solo las velas porque el ritual ya queda hecho.
Piensa que, de esta fiesta y de la Diosa que la gobierna, dependen en gran medida tu seguridad y que en tu casa no falte lo necesario para salir adelante en economía y trabajo
Ya sabes que las manzanas se reparten en trocitos entre la familia y los amigos, el vino tambien…
Que mi Diosa Epona cuide de cada uno de los miembros de este Aquelarre mágico…
¡FELIZ EQUINOCCIO DE OTOÑO!
¡FELIZ FIESTA DE MABON PARA TODOS!

Otro ritual
Los altares de los druidas se adornaban con los colores del otoño: anaranjados, rojos y amarillos ocres.
Entre las hojas secas que simbolizan el final de la etapa de sol colocaban ramas de árboles de hojas perennes como el pino o el abeto para simbolizar la continuidad de los ciclos y lo más importante: las manzanas.
Puedes realizar en tu casa el ritual para la Diosa Epona. Para ello vas a necesitar:
-Manzanas. (Una por cada dos personas con las que harás el ritual.
-Velas variadas de los colores del otoño; ocres, naranjas, amarillos, rojos…
-Ramas de un abeto o de pino.
-Unas cuantas bellotas.
-Hojas secas que  no hayan tocado la tierra. Se temía que la diosa Epona a la que va dedicado este altar se tomara a mal que esas hojas fueran ya desechadas por el árbol. (Las de nuestro altar son hojas de Magnolio y de Acebo que se sujetan en las ramas durante algunos días aun cuando ya se hayan secado).
-Una concha o un recipiente natural.
-Esencia de pino.
Coloca todo con armonía. No hay un orden. Mezcla velas, hojas, manzanas como te apetezca con cuidado que las velas no coincidan con alguna rama y puedan prenderse.
Delante la concha con las bellotas, hojas secas de las que puedas encontrar y rociadas con la esencia de pino.
Prende la hoguera.
Visualiza -esto es una parte esencial- uno de los lugares de culto, uno de sus espacios. Un bosque que conozcas y te guste visitar y que puedas a la vez recordar con algunos detalles y cuando lo hayas hecho di el conjuro de la Diosa.
“Contigo, nos será permitido conseguir lo necesario
Cada dia dia en que invoquemos tu nombre, Epona.
Buscaremos tu sonrisa en la niebla.
Tu mirada en la lluvia.
Tus huellas en los caminos de los bosques,
Buscaremos tu voz llamando a la manada
Y como antaño aguardaremos que las ramas desnudas
Vuelvan a rebrotar.
Mientras, danos tu antigua fuerza
Y cobijanos bajo el arco de los cielos”.
Cuando la hoguera se apague recoge las manzanas y ese día o en los días siguientes pártelas en dos  mitades y regálaselas a quien  quieras beneficiar,
Normalmente se comen en la casa con los amigos…
Recomiendo que visiten el sitio, así pueden ver las imágenes y ver cómo se va desarrollando el ritual.

¡Feliz Equinoccio de Otoño!

 https://blog.cosasdemeiga.com/category/ritual-de-los-solsticios-y-equinocios/

EL EQUINOCCIO DE OTOÑO Y LA POESIA







En este año que entra en su última etapa o trimestre dentro de unos días, hoy está el universo celebrando la llegada de una nueva estación a cada hemisferio. En el sur, arriba la primavera con su fiesta de colores; en el norte, recibimos al otoño, y de alguna manera lo asociamos al lento vagar de las hojas que los vientos cargados de polvo hacen volar en una pálida y translúcida sucesión que evoca las bandadas de pájaros que emigran a regiones más cálidas.
La naturaleza, en su inmediata y acogedora morada, está cargada de símbolos vitales asociados a la vida humana, siendo como somos, organismos vivos y naturales que nos debemos a ella y gracias a ella existimos. Cada una de las estaciones del año, desde la Antigüedad, ha sido identificada o asociada por el hombre a un significado emblemático. Así, como la primavera es renacer y esplendor, el verano es el estallido de la plenitud, el otoño es el marchitar y el ocaso que da paso a la oscuridad del invierno quien, a pesar de eso, tiene la connotación positiva de que termina el ciclo y trae consigo la semilla de la nueva primavera.
Cada pueblo celebra ritos asociados a cada ciclo vital. Siempre me remito a los celtas por la increíble sabiduría que atesoraron, en el caso de las civilizaciones occidentales, que puede deberse, entre otros factores, a su interminable andar y exploración de su mundo.
Como siempre, al llegar una fecha de especial connotación, he buscado en varios sitios acerca de su significado, de la interpretación.
Algunos le atribuyen el sentido exacto de l ciclo de la muerte, otros hablan de abandono de la piel vieja y el comienzo de la fabricación de la nueva envoltura cósmica. He encontrado en un interesante sitio que no conocía, una reflexión sobre el equinoccio y el equilibrio entre luces y sombras. También he encontrado allí una valiosa recomendación sobre como asumir este paso al otoño y una información que desconocía sobre la llamada Biblia de la acupuntura y que reproduzco aquí, agradeciendo al sitio que nombro al pie de este texto (1).

«En la llamada "Biblia de la acupuntura", el Clásico interior del emperador amarillo (Huangdi Neijing) se explica que el ser humano debe adaptarse a las diferentes estaciones puesto que cada una de ellas tiene diferentes cualidades; particularmente, entre menos sol hay en la naturaleza es menor la energía vital (qi) a la que tiene acceso el hombre. Se desprenden de aquí los siguientes hábitos preventivos, según la estación del año:
-En invierno se debe acostar temprano y levantarse tarde. Esto es especialmente importante para cuidar el riñón.  
-En primavera uno debe acostarse tarde y levantarse temprano. En esta temporada el cuidado especial es sobre la energía del hígado.
-En verano uno se debe acostar tarde y levantarse temprano. Aquí hay que cuidar el corazón.
-En otoño se debe acostarse temprano y levantarse temprano. Aquí se cuida la energía pulmonar.
El sentido esencial de los equinoccios y los solsticios es entender que vivimos penetrados por los ritmos del cosmos, y que cada momento es especial y tiene una particular energía. Aprender a vivir en armonía con los patrones energéticos de la naturaleza, reflejando límpidamente los proceso celestes, como lo hace la Tierra, es la clave de una salud integral». 
Los lectores habrán de perdonarme esta digresión tan vasta para llegar al tema del otoño y la poesía. Como todos los sucesos significativos, las musas le han cantado infinitas veces valiéndose de infinitas voces que lo han tratado de diversas maneras.
Así, hoy he citado a Paul Verlaine cuando escribió:

Canción de otoño

Paul Verlaine


Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.


Lluvia de otoño. Las hortensias se deciden por el azul. (Masaoka Shiki)

 

Otoño


Salvatore Quasimodo


Manso otoño, me domino
y someto a tus aguas para beber el cielo,
suave fuga de árboles y abismos.

Áspera pena del nacer
me encuentra unido a ti;
y en ti me quiebro y recobro la salud:

pobre cosa caída
que la tierra recoge.



OTOÑO


Mario Benedetti



Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran

ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda

aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha


Septeto de otoño
EL AMOR ETERNO
    (Violonchelo)
Leopoldo Lugones



Deja caer las rosas y los días
una vez más, segura de mi huerto.
Aún hay rosas en él, y ellas, por cierto,
mejor perfuman cuando son tardías.

Al deshojarse en tus melancolías,
cuando parezca más desnudo y yero,
ha de guardarse bajo su oro muerto
las violetas más nobles y sombrías.

No temas al otoño, si ha venido.
Aunque caiga la flor, queda la rama.
La rama queda para hacer el nido.

Y como ahora al florecer se inflama,
leño seco, a tus plantas encendido,
ardiente rosas te echarán en su llama.



Canto de otoño

Charles Baudelaire


I
Pronto nos hundiremos en las frías tinieblas;
¡Adiós, viva claridad de nuestros menguados estíos!
Escucho ya caer con resonancias fúnebres
La leña retum
bante sobre el empedrado de los patios.
Todo el invierno va a penetrar en mí ser: cólera,
Odio, estremecimientos, horror, trabajo duro y forzado,
Y, como el sol en su infierno polar,
Mi corazón no será más que un bloque rojo y helado.
Escucho temblando c
ada leño que cae;
El patíbulo que erigen no tiene eco más sordo.
Mi espíritu se asemeja a la torre que sucumbe
Bajo la arremetida del ariete infatigable y pesado.
Me parece que, mecido por este chocar monótono,
Clavarán con gran prisa en alguna parte un ataúd,
¿Para quién? —Ayer era verano; ¡he aquí el otoño!
Este ruido misterioso repercute como un adiós.

II
De tu lánguida mirada amo la luz verdosa,
Dulce beldad; pero hoy todo me es amargo,
Y nada, ni tu amor, ni tu alcoba, ni el hogar,
Valen para mí lo que el sol radiante sobre el mar.
Y sin embargo, ámame, ¡corazón tierno! sé maternal
Hasta para un ingrato, aún para un perverso;
Amante o hermana, sé la dulzura efímera
De un glorioso otoño o de un sol poniente.
¡Breve tarea! La tumba aguarda; ¡Está ávida!
¡Ah! Déjame, mi frente posada sobre tus rodillas,
gustar, añorando el estío blanco y tórrido,
Del otoño el destello amarillo y dulce!

Y entonces, para cerrar esta selección de poemas sobre el otoño, llega José Martí, con su magistral Canto de otoño.


CANTO DE OTOÑO

Bien: ya lo sé! La Muerte está sentada
a mis umbrales: cautelosa viene,
porque sus llantos y su amor no apronten
en mi defensa, cuando lejos viven
padres e hijo. Al retornar ceñudo
de mi estéril labor, triste y oscura,
con que a mi casa de invierno abrigo,
de pie sobre las hojas amarillas,
en la mano fatal la flor del sueño,
la negra toca en alas rematada,
ávido el rostro, trémulo la miro
cada tarde aguardándome a mi puerta.
En mi hijo pienso, y de la dama oscura
huyo sin fuerzas, devorado el pecho
de un frenético amor! Mujer más bella
no hay que la Muerte! Por un beso suyo
bosques espesos de laureles varios,
y las adelfas del amor, y el gozo
de remembrarme mis niñeces diera!
...Pienso en aquel a quien mi amor culpable
trajo a vivir, y, sollozando, esquivo
de mi amada los brazos; mas ya gozo
de la aurora perenne el bien seguro.
Oh, vida, adiós! Quien va a morir, va muerto.
_

Oh, duelos con la sombra! Oh, pobladores
ocultos del espacio! Oh, formidables
gigantes que a los vivos azorados
mueven, dirigen, postran, precipitan!
Oh, cónclave de jueces, balndos solo
a la virtud, que en nube tenebrosa,
en grueso manto de oro recogidos,
y duros como peña, aguardan torvos
a que al volver de la batalla rindan
-como el frutal los frutos-
de sus obras de paz los hombres cuenta,
de sus divinas alas!... de los nuevos
árboles que sembraron, de las tristes
lágrimas que enjugaron, de las fosas
que a los tigres y víboras abrieron,
y de las fortalezas eminentes
que al amor de los hombres levantaron!
¡Esta es la dama, el rey, la patria, el premio
apetecido, la arrogante mora
que a su brusco señor cautiva espera
llorando en la desierta barbacana!
Este el santo Salem, este el Sepulcro
de los hombres modernos. No se vierta
más sangre que la propia! No se bata
sino al que odie al amor! Unjanse presto
soldados del amor los hombres todos!
La tierra entera marcha a la conquista
de este rey y señor, que guarda el cielo!
_

...Viles! El que es traidor a sus deberes,
muere como un traidor, del golpe propio
de su arma ociosa el pecho atravesado!
Ved que no acaba el drama de la vida
en esta parte oscura! Ved que luego
tras la losa de mármol o la blanda
cortina de humo y césped se reanuda
el drama portentoso! y ved, oh viles,
que los buenos, los tristes, los burlados,
serán en la otra parte burladores!
_

Otros de lirio y sangre se alimenten:
¡Yo no! ¡yo no! Los lóbregos espacios
rasgué desde mi infancia con los tristes
penetradores ojos: el misterio
en una hora feliz de sueño acaso
de los jueces así, y amé la vida
porque del doloroso mal me salva
de volverla a vivir. Alegremente
el peso eché del infortunio al hombro:
porque el que en huelga y regocijo vive
y huye el dolor, y esquiva las sabrosas
penas de la virtud, irá confuso
del frío y torvo juez a la sentencia,
cual soldado cobarde que en herrumbre
dejó las nobles armas; y los jueces
no en su dosel lo ampararán, no en brazos
lo encumbrarán, mas lo echarán altivos
¡a odiar, a amar y batallar de nuevo
en la fogosa sofocante arena!
¡Oh! ¿Qué mortal que se asomó a la vida
Vivir de nuevo quiere?...
_

Puede ansiosa
la Muerte, pues, de pie en las hojas secas,
esperarme a mi umbral con cada turbia
tarde de otoño, y silenciosa puede
irme tejiendo con helados copos
mi manto funeral.
_

No di al olvido
las armas del amor: no de otra púrpura
vestí que de mi sangre. ¡Abre los brazos,
listo estoy, madre Muerte: al juez me lleva!
_

¡Hijo!... ¿Qué imagen miro? ¿Qué llorosa
visión rompe la sombra, y blandamente
como con luz de estrella la ilumina?
¡Hijo!... ¿Qué me demandan tus abiertos
brazos? A qué descubres tu afligido
pecho? ¿Por qué me muestras tus desnudos
pies, aún no heridos, y las blancas manos
vuelves a mí, tristísimo, gimiendo?...
¡Cesa! ¡Calla! ¡Reposa! ¡Vive! ¡El padre
no ha de morir hasta que a la ardua lucha
rico de todas armas lance al hijo!
¡Ven, oh mi hijuelo, y que tus alas blancas
de los abrazos de la Muerte oscura
y de su manto funeral me libren!

Recomiendo leer:
http://ashamellemagsa33.blogspot.com/2015/09/david-topi-mabon-equinoccio-de-otono-y.html






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