martes, 11 de agosto de 2015

ENID BLYTON: LA AVENTURA DE ESCRIBIR



Hay nombres que asociamos a un sentimiento o a un lugar. Yo asocio el nombre de esta escritora a la biblioteca pública de Jaimanitas, lugar donde conocí sus libros y que increíblemente no he vuelto a visitar, aunque he estado frente a su modesto edificio varias veces porque, gracias a esa serpiente  que es la vida, mi hija y Diego viven muy cerca y debo pasar delante de ella casi siempre que voy hasta su casa.

Cursaba yo la secundaria y tenía dos amigas, las jimaguas Esperanza y Milagros, hermanas del poeta Alberto Acosta. Estudiábamos en una ESBEC (un internado en el cual alternábamos el estudio y el trabajo) del municipio de Alquízar y salíamos de “pase” los sábados, para regresar el domingo a la escuela. Un tiempo muy breve. No obstante nos las arreglábamos para ir a la playa de Jaimanitas, a la biblioteca a sacar libros que leíamos durante la semana y, en ocasiones, también íbamos por la noche al círculo social donde tocaban las orquestas y nosotras salíamos a la terraza, que daba justo sobre la arena, muy cerca del mar. Desde arriba contemplábamos el mar de noche. Era una diversión sana en la cual compartíamos con un grupo de muchachos como nosotras, de 14 y 15 años y que duró hasta mis 16.

No sé quién de nosotras descubrió a Enyd Blyton. Había una colección completa (o al menos me lo parecía en aquella época) de sus libros de los cinco y de los siete secretos. Los devoramos literalmente. Era como el juego de pasar la candelita. Buscábamos tres y cada una empezaba y luego los circulábamos. Ellas eran lectoras empedernidas como yo. Me queda el sabor en el alma de cuánto disfruté aquellas lecturas.

Hace poco más de un año cuando Enrique Pérez Díaz, amigo y escritor, me hizo la entrevista que publicó en Cubarte, se sorprendió porque en aquellos días también él era asiduo de esa biblioteca (vivía en Santa Fe) y allí leyó toda la obra existente de Enyd Blyton.

La autora publicó ¡762! obras para jóvenes y la mayoría fueron de aventuras, suspenso o misterio, o las tres cosas. Aunque tiene unas series, como las de las torres de Mallory (que conocí en la biblioteca de Cienfuegos luego) sobre la vida de estudiantes en internados y que fue la lectura adolescente de mi otra yo, mi hija Alena, su gran fanática después de nosotras. Demás está decir que en Cuba no se publicó. Recuerdo que la editorial Oriente publicó una de sus novelas de los siete secretos en los años 80, creo recordar. Estando yo en Gente Nueva traté de publicarla y no encontramos los ejemplares para hacer la edición. De todas maneras, es un patrimonio particular de mis lecturas adolescentes que me llenó de magia la vida.

Los críticos han sido particularmente crueles con su obra, en todas partes y también en Cuba. Que eran repetitivas las tramas, la estructura narrativa nada novedosa, que las fórmulas se repetían de uno en otro libro.

Solo tengo una curiosidad que quisiera que uno de esos críticos expertos me respondiera alguna vez. ¿Qué tienen sus libros que atrapan desde la primera lectura y no nos permiten dejarla? Incluso leíamos con una linterna cuando apagaban las luces del dormitorio. ¿Cómo generaciones tan diferentes como nosotras y luego mi hija y tantas lectoras de la Sala Infantil y Juvenil de la Biblioteca Provincial de Cienfuegos fueron seducidas por esas aventuras?

Sus libros han sido traducidos al alemán, chino, finlandés, francés, eslovaco, español, hebreo, holandés, japonés, malayo, portugués y sueco, entre otros, pues se han publicado en  cerca de noventa idiomas. En el año 2007 fue, según el Index Translationum, el quinto autor más popular del mundo, avalada por más de 3.300 traducciones de sus obras y más de 400 millones de copias vendidas, desde el 1917 que publicó la primera.

Hoy agradezco que un 11 de agosto de 1897 naciera Enid Mary Blyton y se dedicara a escribir esas fantásticas aventuras que han seducido a los adolescentes durante un siglo y podemos viajar en caravana, desandar la isla misteriosa y descubrir tesoros en el cerro del contrabandista.

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